miércoles, 23 de mayo de 2007

NACIMIENTO DEL CINE EN EL PERÚ

Aquiles Martín Cabrera Ludeña


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Para saber vivir, hay que experimentar, viajar, leer, alimentar tu alma con miles de cosas intensas todos lo días. Pero como uno es misio, y la plata no alcanza para viajar a todos los lugares que uno quiere, ni mucho menos para comprarte el libro original que tanto anhelas, existe otra forma de conocer culturas diferentes sin moverte de la comodidad de tu ciudad: El cine, el maravilloso cine que tanto nos da y del que tanto recibimos, la ventana por la que tenemos la oportunidad de conocer el mundo, de llenar nuestras mentes de cosas buenas y sobretodo, diferentes. Será por eso que los peruanos somos tan pobres e ignorantes, somos un reflejo de nuestro propio cine. Hay buenas películas, pero son pocas, hay buenos peruanos, pero son como bichos raros.

Sin embargo, pocos saben que el nacimiento del cine en el Perú sucedió solo dos años después de que hicieran su aparición en París los hermanos Lumiere con su mítico Cinematógrafo, ellos ni se imaginaron la revolución cultural e industrial que ocasionaría semejante invento. Fue George Meliés, prestidigitador y visionario, quién en seguida comprendería que una nueva forma de expresión artística había nacido. Intentó comprarla pero el dichoso aparato no estaba en venta.

En el Perú, el artefacto usado para proyectar las primeras imágenes en movimiento en esta parte del planeta sería el Vitascope, invento de Thomas Alva Edison, traído al país por los señores C.J. Vifquain y W.H. Alexander. El 2 de enero de 1897 fue la primera función pública de cine. Al mes siguiente la primera función cinematográfica (usando el cinematógrafo de los hermanos Lumière) se realizó en la Confitería Jardín Estrasburgo (hoy Club de la Unión), en Lima.

En 1908 nacería Hollywood en USA, en el Perú ese mismo año se crearon muchos establecimientos cinematográficos. Además se realizaron las proyecciones con acompañamiento de la música de un fonógrafo. Aparece en escena la Empresa de Teatros y Cinemas S.A., y construyen el Cinema Teatro. La gran cantidad de público que empezó a acudir al Cinema Teatro probó que existía un mercado importante para el cine. En 1911 se formó la Compañía Internacional Cinematográfica, construyeron su sala Excelsior de la, y ambas compañías competían en la proyección de películas extranjeras.

Más o menos hasta 1913, mientras que en Francia, Charles Pathé y León Gaumont se volvían millonarios por la creación de tan magnífica industria, el público peruano de imágenes en movimiento veía, por ejemplo, filmaciones de corridas de toros (de España y después de Perú) o vistas bélicas de la guerra hispanoamericana (EEUU y España en Cuba), como también tomas del nuestro país: paisajes, arquitectura y sociedad.

Los aristocráticos de la época, tan dignos ellos, preferían películas filmadas en paisajes urbanos extranjeros, reproducción de hechos históricos y sucesos diversos de la sociedad alta limeña. Los sectores populares, sin embargo, preferían filmaciones cómicas.