jueves, 26 de febrero de 2009

Tombas Calatitas


El Perú es un país que se llena todos los días de noticias chatarra. La cantidad de noticias ridículas y asquerosas que tragamos a diario es enorme. En verdad sería fascinante dedicarse todo el día a leer los periódicos y comentar las noticias desde un blog, pero en la vida real, los verdaderos peruanos tenemos que trabajar para sobrevivir.

Sorry, como se habrán dado cuenta, no estoy de buen humor y esta vez sí haré mucho hígado.

1. Portada de Ajá, Tomba en calzones, Leysi Suárez con tetas presidenciales y Diabla Magaly.

2. Solo he tenido tiempo para fisgonear 5 blogs. Así que discúlpenme si no he podido formarme una opinión clara al respecto.


Doctor Monique:
Video completo de las policías Fenix desnudas (sin censura)
Video Tombas del Escuadrón Fénix desnudas

Totalmente asqueroso, machista y deplorable.
Me encantaría que una de las tombas sea su hermana, otra su hija y la de la toalla su novia. (Aunque este pajero parece no tener nada de eso).
Se relame describiendo el video como si fuera una película erótica y comparando a estas policías con Leysi Suárez. Para empezar ellas no son bailarinas, ni han ganado nada con este escándalo, más bien han perdido mucho, sobre todo, la dignidad.
No envidio sus miles de visitas del día de hoy. Supongo que debe ser uno de los pocos blogs que tiene el video (además tiene muchos otros videos peruanos tripleequis más.) Y el morbo se consume en el Perú antes que cualquier cosa.


Álvaro Felipe
Mercedes Cabanillas: ¿Por qué no te mueres?

Aunque se ve que este señor está bien informado de todas las cochinadas del gobierno y demás, sus insultos generalizados y repetitivos malogran su buena intención de ciudadano que ejerce su derecho de expresar libremente sus opiniones.


El Útero de Marita
Girls just wanna have fun

Sólo le pareció una pequeña travesura de policías veinteañeras cuyo "único pecado fue dejarse robar el celular por algún miserable que subió todo a Cholotube." Those girls dear ocraM just wanna have dignity, privacy, anonymity and his salary back.


Espacio Compartido
HUEVOS DE ESTURIÓN / Maltrato a policías / Fernando Rospigliosi

Pues el título de su entrada lo dice todo. Agregándole a eso que "La Policía tiene muchísimos problemas realmente importantes. No es uno de ellos que cuatro jóvenes policías se disfuercen en una comisaría."

Álvaro Portales
DVD PIRATA (MECHE CABANILLAS)

Celebro su genial buen humor (siempre atacando al de arriba, no al de abajo) y copio y pego su portal mechero.


Pero estos 5 caballeros, (hubiera sido bacán leer opiniones de mujeres pero no tengo más tiempo) se olvidan de mencionar algo más importante que el afán de figuretismo de la clase política o las estupideces que dice la "señora ministra del interior".

El derecho a la intimidad.

Estas 4 señoritas policías son víctimas, no solo han perdido su sueldo, han perdido su privacidad, su dignidad, su derecho a hacer lo que se les dé la gana sin onfender a nadie. Y ni siquiera son bailarinas como para aprovechar el rating del momento y aumentar su billetera mostrando las nalgas, son simples mujeres peruanas, no niego que tengan buen trasero. ¿Qué mujer en el perú no es como ellas?

Hay que castigar al desadaptado que subió ese video a Cholotube. Ellas deberían buscarlo y demandarlo. Y que se haga verdadera justicia. ¿Demasiado pedir? Hay que regular esa cojudez del cholotube, la mayoría de videos colgados no están autorizados por los protagonistas anónimos. (Moraleja, no vayas a telos con espejos grandes. Tú puedes ser el próximo.)

Eso es lo que Rospigliosi, Portales, Sifuentes, Felipe y Monique no mencionan, no sé por qué.

Pienso que la legislación peruana debe empezar a tratar este tipo de temas con la importancia que se merecen, cualquiera puede grabarte desde un celular en cualquier situación desagradable o indigna y subirlo a youtube y eso sí es un verdadero delito si es que perjudica el derecho a tu dignidad y sobre todo a tu intimidad. En el mundo millones de personas han reclamado a facebook que respeten su privacidad, ¿Qué esperamos nosotros?

¿O acaso creen carajo que la única persona con dignidad en este país es Paolo Guerrero? No jodan, si Magaly hubiera mostrado este video y las protagonistas fueran Shirley, Angie, Vivi, no sé qué, medio perú estaría pidiendo que regrese a la cárcel por no respetar la intimidad y la vida privada de esas putas. Y un 10 % estaría masturbándose de lo lindo y el 40% restante seguiría muriéndose de hambre porque no existe, pues no tienen televisión ni acceso al internet.

Pero no crean que no se parecen tanto a nosotros, ellos tampoco tienen dignidad ni derecho a que se respete su vida privada, ese es un lujo que solo tienen los políticos y los personajes de Chollywood.


.
Grrrr

martes, 24 de febrero de 2009

Otra razón para estar triste

Aún no sé qué decirte Michi, lamento nomás que La Industria y Satélite, los dos diarios más leídos de Trujillo, no tengan una página web actualizada, tuve que abandonar el velorio y tipear esto ahora. Ya te escribiré una carta primo(1).




Juan lo llamaban y lo apodaban Michi
cuando 20 balas atravesaron su corazón




Satélite - 23 de febrero del 2009

Feroz homicidio en El Porvenir.

Delincuentes mataron de 8 balazos(2) a chofer de colectivo delante de su hermano...


- Víctima era sobrino de Luga, la militante aprista muerta también de 8 disparos a manos de sicarios que la atacaron en su casa.

- Familiares Piensan que ambos crímenes guardan relación y piden que se investigue

-"De la casa salió a las 4 de la tarde, esa fue la última vez que lo vi con vida" expresó la esposa Ruiz Haro, Liliana Zavaleta.

- "Mi hijo me embarcó en un micro a las 7 de la noche, me dijo que iba a ver a sus primos" detalló la madre del finado.

- "En marzo se cumple un año del crimen de Luga y a la fecha no hay resultados", expresaron los familiares.

- El muchacho era padre de dos niños, el menor de los cuales apenas tiene un mes y medio de nacido.


Su familia piensa que se trata de un ajuste de cuentas. Ellos, incluso, vinculan al homicidio a una situación similar que pasó en marzo del año pasado. Un sujeto desató su furia contra Gloria Janet Haro Fernández, militante del partido aprista peruana y jefa de campaña de José Murgia Zannier. El homicida le impactó 8 balazos en el cuerpo. (3)

Ahora se trata del sobrino de Haro Fernández, Juan Carlos Ruiz Haro de 33 años, quien la noche del sábado murió luego de ser acribillado por dos sujetos inescrupulosos. ¿Simple coincidencia?

Los delincuentes atacaron a Ruiz Haro cuando se encontraba a bordo de su colectivo y en compañía de su hermano mayor, en la cuadra 12 de la calle Jaime Blanco, en El Porvenir.

Según comentó Liliana Zavaleta, su esposa, él salió de su domicilio a las 4 de la tarde diciendo que se iba a trabajar.

"A esa hora nos despedimos... y salió de nuestra casa con dirección a una cochera cercana donde guardaba el carro... él es chofer de los colectivos que cubren la ruta Trujillo - Gran Chimú - Víctor Raúl... desde entonces no lo volví a ver", agregó Liliana.

Tras recoger el vehículo de la cochera, Ruiz Haro se dirigió a la casa de su madre, Blanca Haro Fernández, hermana de Luga, ubicada en la calle Junín. Allí estuvo por espacio de 20 minutos.

Luego de este tiempo, le dijo a su madre que lo acompañe a un taller cercano para que arreglen el carro, pues había empezado a fallar.

"Al taller llegamos como a las 5:15 de la tarde... lo acompañé mientras el mecánico... después de dos horas, como a las 7 de la noche, salimos de allí... para eso, él me dijo que se iba a visitar a unos primos que viven en la avenida Pumacahua..."


Cuando salieron del taller, Ruiz Haro acompañó a su madre a una de las esquinas para embarcarla en un micro.

"Antes de subir al micro, me despedí de él... ni siquiera imaginé que dos horas después lo iban a matar..." expresó en medio del desconsuelo la madre del muchacho.


Luego de recoger a su primo, de nombre Javier Orlando Haro Silvestre (32) Ruiz Haro manejó su vehículo hasta la cuadra 12 de Jaime Blanco donde vive su hermano mayor, Manuel Ruiz.

Allí, los tres estuvieron conversando de lo más normal cuando, de pronto, se apareció un auto tico sin placa con cuatro individuos a bordo.

Tres de estos sujetos bajaron cerca de donde es encontraba la víctima; llegaron corriendo hacia él y sin palabras de por medio abrieron fuego.

En total le impactaron 8 balas a Ruiz Haro quién murió en el acto. Su primo también recibió un certero balazo en el cuerpo (el hombro) que lo dejó herido de gravedad, mientras que su hermano consiguió ponerse a salvo. (Se escondió debajo del carro)

Justo en el momento de la balacera, por allí pasó caminando Flor Berja Arce, madre de familia. A ella le cayó una bala perdida (en la rodilla) que la tumbó al suelo.

Ambos heridos fueron evacuados de emergencia al hospital Belén, donde aún permanecen internados y en obsevación.

"En realidad no sabemos por qué le han hecho esto... es injusto que me hayan quitado a mi esposo de esta forma... han dejado sin padre a mis niños", dijo la esposa del finado con varias lágrimas bajando por su rostro.


Ella agregó que el muchacho era padre de dos niños, el menor de los cuales apenas tiene un mes y medio de nacido.

Cabe indicar que el mes entrante se cumple un año del asesinato que conmovió al distrito de El Porvenir: nos referimos al crimen de la aprista Gloria Janet Haro Fernández. Aunque las investigaciones en torno al crimen de Juan Carlos Ruiz se encuentran en pleno curso, sus familiares piensan que ambos casos pueden guardar relación.

"Tiene que ser porque toda la familia está empeñada en que se encuentre al asesino de Luga, por eso el asesinato de Juan Carlos bien podría ser una advertencia", expresaron.


No obstante, en predios policiales también se maneja la versión de que a Ruiz lo mataron por el tema del cobro de cupos. (4) Las pesquisas son manejadas con reserva.

Una cosa sí es cierta: a la fecha el crimen de Luga aún no ha sido resuelto.

"Lo único que pedimos es que se investigue si, en efecto, ambos crímenes están relacionados... no es posible que hasta hoy no se haya hecho nada... ahora ha muerto Juan Carlos, y mañana podría ser cualquiera de nosotros", puntualizaron.
(1) Broer, carnal, amigo, compadre, tío, vecino
(2) Sacaron de su cuerpo 25 balas, nadie sabe cuántas pasaron nada más.
(3) Recuerdo que fueron más de 12 balazos
(4) Es un tema de mierda, algo como que los jefes de las pandillas extorsionan a los colectivos, micros, combis y taxis, es decir, si les pagas un cupo, estás seguro de que no te matarán y te dejarán trabajar tranquilo. Pasa en todo el mundo.


El diario Trome sí destacó la noticia en su página web, aunque no tan detallada como acá.

sábado, 21 de febrero de 2009

Díatreinta is back in the house


Es una revista universitaria, es de distribución gratuita, se hace en Trujillo y bueno, acá comparto con ustedes los textos más importantes de esta edición Febrero 2009.

Si les interesa que les mande el PDF escríbanme a mi correo.

Saludos y gracias por leer.

(Quiero creer que por ahí hay alguien que al menos lee.)



Raquel Ávalos Armas.

Trujillo. De niña fue a una función matinal del cine "Ayacucho” y sobornó al boletero para que la deje entrar a una película para adultos. Con esta crónica espera haber exorcizado todos sus demonios.



Andrea Fernández Callegari.

Trujillo. Hace ya casi cien años el teatro de Trujillo fue por unos momentos algo muy parecido a un infierno.



Maritén Ugarriza Landávery.

Trujillo. Jura que cambia de msn y de identidad cada cierto tiempo para despistar a toda la legión de hinchas que la acosan. Sí, cómo no.



Giselle Klatic.

Lima. Deportista fashion. Todos en esta redacción queremos tener la suerte de su caddie y contemplarla cuando juega golf con su mejor swing.


David Ramos.

Iquitos. Desde que viajó a Yurimaguas en barco se siente un Pirata del Caribe. Extraña, aunque no lo quiera aceptar, a sus amigos los cocineros.


Gerardo Cailloma Navarrete.

Piura. Gran comensal y sibarita. Prefiere comer un buen tacu tacu con ceviche o un chupe de cangrejos, e incluso un caldo de cabeza con harto seso antes que nuestro tradicional Shámbar.


Hugo Villanueva Upson.

Trujillo. Gato techero, mientras sueña con su próxima aventura amorosa en la azotea de su casa se dedica a tender la ropa que le lavó su mamá.


Orietta Brusa.

Milán. Feminista ultra ortodoxa. Al parecer, el segundo sexo que describió hace 59 años Simone de Beauvoir juega ahora con el Boys en segunda división.


David Aranaga.

Trujillo. Siempre que escucha el álbum blanco de los Beatles se imagina en una travesía psicodélica en la India tomándose una foto desnudo con Yoko Ono.



La vida breve

El cine en Trujillo

La vida breve

Raquel Ávalos Armas


Primero, las películas de aventura fueron sustituidas por cintas “porno”; después, las butacas acogieron a feligreses en lugar de cinéfilos. El tiro de gracia lo dio el boom económico: cambió los antiguos edificios por pequeños y funcionales multicines.

La suerte estaba echada.



Trujillo puede ser considerada una ciudad de cinéfilos. Los que frisan los cuarenta años recuerdan que en Trujillo hasta comienzos de los 80 habían hasta diez cines: Primavera, Ayacucho, Chimú, Libertad, Perú, Star, Sagitario, Trujillo, Venus, Ideal. Diez cines distintos, no multicines como los de ahora.


La primera exhibición cinematográfica tuvo lugar el 7 de febrero de 1901 a las 8: 45 de la noche, cuatro años después que en Lima. El acontecimiento fue anunciado como todo un espectáculo y el Teatro Municipal se llenó de público para presenciar imágenes de escenas cómicas, bailes fantásticos, corridas de toros, conflictos bélicos, entre otros acontecimientos.


Desde entonces, toda exhibición era anunciada en el diario La Industria y algún otro diario de la época (había también casi una docena de ellos). Una de las formas de atraer al público era informarle lo que vería y escucharía. Por esta razón se publicaba el programa completo de la exhibición: los nombres y los créditos de las películas, así como la música que acompañaría a cada una de ellas.


Con los años, las imágenes tomadas al natural causaron aburrimiento y letargo, motivo que apresuró la producción de cortometrajes entretenidos: “El Trapero” (a colores), “El Médico”, “El Nihilista”, “La vuelta al mundo en tres horas”, “La cieguecita”, “La vida del marino”, etc. Luego del incendio del Teatro Municipal, el 21 de febrero de 1910, no hubo exhibiciones cinematográficas por un buen tiempo, hasta su reinauguración el 29 de diciembre de 1923. Posteriormente, funcionaría como cine-teatro.


En Trujillo el cine era para todo público. Sin embargo, la diferencia de clases era marcada y esta se reflejaba en la ubicación de los asientos en las salas de exhibición, según el precio. Pese a que a inicios del siglo pasado se vivía en la época del cine errante, poco a poco el cinematógrafo se convirtió en la distracción predilecta y muchas veces única de todos los trujillanos.



Bienvenido celuloide


En 1912, algunas personas de la sociedad formaron la empresa Cinema Teatro de Trujillo. Bajo el sueño de que nuestra ciudad contara con un cinema propio y estable, con exhibiciones diarias como ya lo tenían Lima y otras ciudades del país; el 18 de abril del mismo año se inauguró el “Cinema Teatro de Trujillo”, situado en el ex templo de la Compañía, el que fue acondicionado para ser usado como teatro. El cine firmó un contrato con la Empresa del Cinema Teatro de Lima, quienes enviarían semanalmente 30 de las mejores películas exhibidas en la capital.


A partir del 15 de junio de 1912, Trujillo contó con otra sala de exhibición, pues se inauguró el “Cinema Popular”, ubicado en el barrio de la Unión, el cual había sido utilizado como gallera.


En octubre del mismo año, la empresa Cinema Teatro de Trujillo construyó una sala de exhibición, que tras un concurso fue llamada “Ideal”. Se inauguró el 24 de mayo de 1913, apadrinado por Alfredo A. Pinillos, y fue la más elegante y preferida de aquel entonces. Ubicado en Orbegoso, este lugar fue ocupado hasta hace unos años por un cine del mismo nombre. El cine “Ideal” abrió sus puertas en 1947 y, como muchos aún recuerdan, era un cine pequeño y acogedor. Cerró en 1996. La última película que se exhibió allí fue “Día de la independencia”. Ahora se ha convertido en una sala de juegos.


La empresa concentró luego todo su interés en el “Cinema Popular”, homónimo del cinema abierto en La Unión en 1912. Se inauguró el 14 de febrero de 1914 y también era una sucursal del Cinema Teatro de Lima. Fue construido bajo la concepción tanto de cine como de teatro. Todavía está en pie en su lugar de origen: cuadra 6 del jirón Ayacucho. Funcionó regularmente hasta el terremoto de 1970 con el nombre de “Cinema Popular” y cuando fue refaccionado en la década de los 80 cambió al nombre de ”Cinema Ayacucho”. Era uno de los principales cines de nuestra ciudad y, lamentablemente, en los 90 el negocio dio un giro y se abocó a la proyección de películas pornográficas. A pesar de ello, es uno de los pocos cines que continúan funcionando en nuestros días.


El 20 de enero de 1914 se inauguró el “Cine del Pueblo”, ubicado en las últimas cuadras de la calle Gamarra. La gente que acudía a esta sala provenía de los barrios Chicago, Vindivil y La Bella Aurora y era el que más se llenaba. Lastimosamente desapareció con el terremoto del 70. Ese mismo año se construyó e inauguró el “Cine La Unión”, en el barrio de la Portada de la Sierra, el cual permanece en su lugar pero derruido. Existe un proyecto de reconstrucción para su fachada de estilo Art Nouveau.


En 1926, la empresa Cinema Teatro Trujillo cedió el negocio de sus locales “Ideal” y “Popular” a una institución independiente y nueva de la localidad: la empresa Risco de la Torre Hermanos. Fueron Leornardo, Luis y Guillermo Risco, quienes conformaron esta sociedad y administraron los cines de manera exitosa. Decidieron formar una empresa independiente pues la compañía con la que hicieron trato, propiedad de los hermanos Goicochea, tenía el monopolio en esta ciudad desde hacía doce años y trabajaban con películas de la Empresa Cinema Teatro de Lima. Los hermanos Risco de Torre consiguieron contratos de exclusividad con United Artists y MGM, elevando el estatus de sus cines.


Los hermanos Risco reconstruyeron el ex salón de actos del colegio San Juan, el que fue inaugurado el 27 de julio de 1927 con el nombre de “Teatro Colón”, ubicado en la calle Independencia. El “Teatro Colón” fue refaccionado manteniendo su fachada original, mas no el interior, y ahora es llamado “Teatro San Juan”. Este se convirtió por un tiempo en el favorito del público, pues era el que más se llenaba durante las funciones, que continuamente las amenizaba con orquesta. Otros cines que administró esta familia fueron el “Municipal”, que por aquel entonces empezó a resurgir con la llegada de películas de la casa Paramount; el “Perú” (ubicado en Pizarro, ahora local de Saga Falabella), que se convirtió en el cine A1 de Trujillo por ser propiedad de la productora Warner; y el cine “El Pueblo”.


Existe un registro del 21 de diciembre de 1928 que considera la existencia del “Cine La Onier”, pero nunca figuró su inauguración, solo la exhibición de un grupo de variedades, a pesar de denominarse cine.


Alrededor de 1930, los cines sufrieron una declinación en la asistencia del público. La concurrencia ya no era la misma debido a que el cine sonoro era noticia desde el año anterior, y en Trujillo aún no se exhibía ni una película de ese tipo. El “Teatro Colón” dejó de proyectar películas diariamente y se abrió solo los domingos y feriados. Asimismo, los cines rebajaron sus precios: las mujeres pagaban 15 centavos y los hombres 20; mientras que en Lima se pagaban dos soles o un sol por película. Los espectáculos cinematográficos se fueron abaratando por la misma competencia y por la lentitud con que el cine se renovaba.


Para suerte de muchos, el 9 de enero de 1931 se exhibió en Trujillo la primera cinta sonora registrada: “La divina dama”, en el “Teatro Colón”. Entre otras películas sonoras estrenadas ese año estaban: “La perricholi”, “La máscara del diablo”, “Nada más que una mujer”, “Tarzán” y “El jorobado de Notre Dame”. Y mientras los otros cines competían por ganar público con las películas sonoras, el cine “El Pueblo” mantuvo las películas silentes. Este fue el único lugar donde se seguía dando empleo a los músicos de las antiguas orquestas que acompañaban el movimiento de las cintas.



Los últimos días del cine


En los 70 también proliferaron las salas de cine. En el periódico era normal encontrar publicidad de películas para 8 ó 9 salas. Las salas “Colón”, “Ideal”, “Ayacucho”, “Municipal” y “Perú” seguían en el negocio. Los nuevos vecinos que se instalaron en la ciudad fueron: el “Star”, ubicado en la calle Orbegoso, propiedad de la familia Yan; el “Venus”, ubicado en la Av. Perú, ahora convertido en una iglesia; el “Chimú”, ubicado en el Parque González Prada, fue el primer cine porno de Trujillo; y el “Libertad”, ubicado en la Av. Carrión, que funcionó hasta mediados de los 90 y también tuvo la “desdicha” de convertirse en cine porno. Ahora el local es utilizado por una iglesia evangélica.


En 1974 se inauguró el “Trujillo”, ubicado en la Av. Perú. Fue uno de los cines más grandes que tenía nuestra ciudad, con una capacidad para mil personas (el cine Tacna en Lima tenía una capacidad para 1500); tanto así que ahora lo utilizan como cochera. A finales de los 90, se dedicó como muchos otros a la proyección de películas porno, sobreviviendo así hasta finales del 2001.


Quizá uno de los cines más recordados es el “Primavera”. Ubicado en la segunda cuadra del jirón Orbegoso. Se fundó en 1979 y, a diferencia del resto de cines en cuya infraestructura tenían platea y mezzanine, este era de un solo piso, largo pero escalonado. Fue un cine siempre muy apto para los cambios. Fue bajo esta premisa que en el 2006 fue absorbido por la cadena nacional de multicines “Cineplanet”.


Entre 1983 y 1985 se inaugura el cine “Sagitario”. Pese a encontrarse cerca al mercado Mayorista, era uno de los cines más modernos de Trujillo. Se especializó en pasar películas hindúes –éxitos de taquilla a nivel nacional– y funcionó hasta finales de los 80.


Tras la aparición de la televisión y el VHS, el negocio de los cines dejó de ser rentable. Para la gran mayoría de personas simplemente ya no era atractivo. Esto, sumado a la crisis económica del tercer año de gobierno de Alan García (85-90), aceleró la ausencia del público. Muchos cines como “El Pueblo” y “El Popular” desaparecieron a inicios de los 80, otros como el Municipal y el Colón –cuyos locales eran alquilados– se devolvieron a sus dueños originales, el Municipio y el Colegio San Juan, respectivamente. En los 90, únicamente los cines “Primavera”, “Ayacucho”, “Perú” y “Chimú” continuaron proyectando films.



Recuerdos de película


El cine de nuestros días ha enterrado toda una mística en torno a las viejas salas de Trujillo. Definitivamente hemos crecido en tecnología, infraestructura y variedad con los nuevos multicines; pero muchas cosas se han perdido en el camino.


Para empezar, se ha olvidado la terminología afrancesada de clasificación de los horarios. Antes las funciones se dividían en: matinée (3:45PM ó 4:00PM), vermouth (6:45PM ó 7:00PM), noche (9:45PM ó 10:00PM), trasnoche (12:00AM) y matinal (10:00AM ó 12:00PM), este último horario se le conocía también como extraordinario, y era exclusivo de sábados y domingos. Además, las clasificaciones para los públicos eran: apta para todos, mayores de 14 años, mayores de 18 años y mayores de 18 años con advertencia. Si es que algún escurridizo quería ver una película sin que se enteren sus padres, tenía que sobornar al boletero. Ahora todo es diferente, las funciones son a cualquier hora la tarde, y la única clasificación que se hace es por horarios, siendo los de noche (a partir de las 10:00PM) dirigidos para adultos, y los de tarde principalmente para niños.


La publicidad siempre fue utilizada para y en el cine. Con la finalidad de anunciar las funciones se creó la columna “Cine, cine y más cine” en el diario La Industria, que llegó a ocupar casi tres páginas en aquel entonces, por la cantidad de salas que existían. Mientras tanto, en el ecran ya empezaban a proyectarse comerciales de cerveza “Cristal” o incluso slides con las gangas que ofrecían las principales tiendas de nuestra ciudad.


Por otro lado, ocurría algo curioso durante las proyecciones. Los cines antiguos a veces compartían una misma película. James Bond, por ejemplo, se estrenó el mismo día tanto en el “Cine Ideal” como en el “Perú”. En el “Ideal” empezaba a las 3:45PM y en el “Perú” a las 4:00PM. Los dueños compraban un solo rollo para poder compartirlo durante el mismo horario y contrataban a un sujeto que se trasladaba en moto de un cine a otro. Los espectadores ni se enteraban que en el cuarto de proyecciones aquel hombre apenas acababa el rollo en un proyector lo guardaba en una lata y montaba raudo en su moto en dirección a otra sala. Hacía como siete u ocho viajes por película, ya que los rollos duraban de 15 a 20 minutos en el proyector de 35 mm. La maniobra del cambio era realmente imperceptible.


Sin embargo, en numerosas ocasiones, entre los apuros del backstage, la pantalla del ecran se quedaba en blanco debido a que el tráfico le jugaba una mala pasada al hombre de la moto. Y mientras que hacía lo imposible por no accidentarse –cosa que ocurrió en alguna oportunidad– y llegar a colocar el otro rollo, la gente silbaba, dormía y gritaba. En los 80, los cómicos ambulantes de la Plaza de Armas aprovechaban esos momentos para realizar un show que servía como intermedio.


Teatro en llamas

El teatro en llamas

Andrea Fernández Callegari



¿Qué ocurre cuando el azar, la distracción y el descuido de un proyectista pueden más que el goce de los espectadores?



Armando Orozco manejaba el proyector sin mayores dificultades. Sus manos callosas y manchadas de grasa, eran la mejor prueba de su trabajo como técnico; con ellas se aseguraba que el aparato estuviera funcionando correctamente. Cerca de la once y media de la calurosa noche del 21 de febrero de 1910, el Teatro Municipal de Trujillo ofrecía su última función. Orozco estaba de pie, oculto en un rincón oscuro, próximo al palco número siete. Hacía rato que su mirada estaba concentrada, no en la película, que había visto reiteradas veces, sino en el silencioso público. Los palcos estaban casi vacíos. Y es que ésa había probado ser una función popular. Entre los contados caballeros y damas vestidos con lo último de la moda europea, el técnico reconoció al coronel Mariano Galdós y al ayudante de la Prefectura. La expresión de los habitantes de los palcos estaba cargada de una gélida indiferencia: contemplaban la película como si fuera un deber, más que un placer. Pero Orozco estaba seguro de que estarían igual de alegres y divertidos que el resto de asistentes, sino hubieran aprendido a ser tan buenos hijos y seguir al pie de la letra el código de elegancia y buenos modales. Sus ojos recorrieron desde la platea, pasando por la cazuela y finalmente a la galería. En esta última, por los niños y sus madres, que no podían evitar expresar su alegría con gritos ahogados, risas y exclamaciones. Con sus ropas sencillas, sus rostros mestizos, sudorosos que evidenciaban una larga jornada de trabajo. Y en eso, la película terminó y se encendieron las luces del teatro. Un murmullo general se alzó, mientras algunos exclamaban, a toda voz: “¡Que se repita!, ¡Pongan la última escena!”.


Perdido en sus pensamientos, Armando Orozco no sintió el recalentamiento del proyector, ni mucho menos evitar que los alambres conductores de electricidad hicieran cortocircuito y el dínamo del proyector estallara. Las chipas cayeron sobre unos sacos que contenían otros rollos de películas que se habían proyectado antes. Sólo sintió cómo una ola de fuerza lo lanzó hacia atrás y se golpeó contra la pared. Perdió el conocimiento.


El infierno comenzó con una gran explosión e iluminación en el palco de la Prefectura, contiguo a donde estaban Armando Orozco y el proyector, y situado frente al proscenio. Así también estalló el pánico de los cerca de doscientos asistentes, que sólo buscaban la manera de salir de ahí. Lenguas de fuego de seis metros de longitud aparecieron en los palcos del lado izquierdo de la entrada, que no tardaron en llegar hasta el techo, que era el piso de la galería. Los gritos de auxilio y desesperación sucedieron mientras sillas incendiadas empezaron a caer a la platea, y los que estaban ahí veían como el piso empezaba a consumirse.


Los habitantes de los palcos salieron rápidamente, gracias a las dos amplias escalinatas que los condujeron rápidamente al foyer; los de la platea también lograron salir por las puertas laterales de escape, abiertas hace pocos años por don Alberto Larco Herrera, y por la puerta principal. Sin embargo, la desesperación por salir efectuándose en ambos lugares atropellos para llegar a la calle.


La cazuela se había convertido en una trampa mortal. Ahí estaba concentrada la mayor parte del público, y sólo contaba con una estrecha puerta de salida. La gente que intentaba salir en vano la había bloqueado completamente, entre las mujeres se empujaban, se jaloneaban y trataban de impedir que los demás salgan. Los niños lloraban y se aferraban a las piernas de sus madres, algunos se abrazaban entre ellos, cómo dándose fuerzas de que los adultos resolverían el asunto muy pronto. No había nada que temer. Pero el tiempo pasaba, el aire se hacía cada vez más irrespirable, el humo negro iba cubriendo todo el lugar y la destrucción avanzaba a la misma rapidez que las llamaradas.


El piso se desplomó por el extremo izquierdo y muchas personas cayeron sobre los palcos. Otros lo hicieron voluntariamente, sólo para caer contra el piso de la platea y morir con los cráneos destrozados. Cuando se abrió un forado desde una de las casas vecinas, ya no quedaba casi nadie de pie. Muy tarde. En las puertas de la platea se veía sangre y, desperdigados por el piso del foyer, bastones, sombreros y sillas destrozadas.


Desde los tiempos de la colonia, el repiqueteo de las campanas de la iglesia había sido señal de alarma de los desastres y los incendios. Y esa noche, volvieron a sonar para congregar a todos los trujillanos y emprender el rescate de las personas atrapadas en el teatro. Las autoridades, el pueblo, la policía y otras personas, sin importar su clase ni condición, unieron fuerzas para aplacar el fuego. Uno de ellos fue José Dileo, empleado de la Compañía de Luz Eléctrica. Lo primero que hizo al llegar al teatro en llamas fue cortar la conexión del alumbrado, para evitar que la corriente cause más desgracias.


Gracias a la falta de viento, se evitó que el fuego se propagara a las casas colindantes de la calle del Carmen (hoy jirón Bolívar); no obstante, también permitió que el fuego se concentrara solamente en el teatro, como un gran caldero que se consumía a sí mismo.


A la una y media de la mañana, en un tren extraordinario de Salaverry, llegó el prefecto del departamento, acompañado por el gerente del ferrocarril y otras personas provenientes de Moche y del mismo Salaverry, trayendo una bomba contra incendio, que no pudo funcionar por deficiencias de las mangueras.


A las tres de la mañana se logró aislar el fuego, gracias a las acertadas medidas de las autoridades y al estoicismo de los colaboradores. A las cinco de la mañana ya estaba controlado totalmente el fuego.


Luego, un grupo ingresó por la casa del doctor Valderrama, en el calle del Progreso (hoy jirón Pizarro), para seguir combatiendo el fuego, que después de echar abajo el teatro, había formado una suerte de hoguera terrible en el interior, quedando de pie solamente dos columnas de fierro, colocadas a la entrada del foyer. Todo lo demás se había derrumbado, desde el fondo del proscenio hasta la puerta de la platea. Las dos anchas escalinatas que conducían a los palcos estaban quemadas casi en su totalidad. Las paredes y cuadros al óleo, estaban completamente ennegrecidos. Luego, se trajeron mangueras desde los tanques de la casa Valderrama, del almacén de Achayar, Goicochea y Compañía, y otras casas.


Don Pedro Otiniano, un carpintero humilde, mientras conducía el agua hacia la entrada principal del teatro, le cayó una de las cornisas de la fachada, recibiendo graves heridas en el cráneo. Fue conducido al hospital inmediatamente y allí se curó, junto con Armando Orozco, que logró salir finalmente.


Más de cuatro mil personas asistieron a los funerales de las víctimas del incendio del Teatro Municipal. El numeroso séquito se reunió a las cuatro de la tarde en el Cementerio General para dar el último adiós a los hombres, mujeres y niños que no pudieron salir del teatro en llamas.