lunes, 30 de abril de 2007

Perfil - Entrevista a Daniel F


HABLANDO CON EL FEO
Escribe Aquiles Cabrera
Especial para la Revista Díatreinta
Editada por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la
Universidad Privada del Norte.
Trujillo Mayo 2007


"Si yo encuentro a una señora vendiendo
un disco mío versión bamba, y kon
esa plata le da de comer al hijo
que lleva en sus brazos,
yo soy muy feliz de ke mi música
le dé de comer a ese niño"


El líder de la banda Leusemia

Mi abuelo siempre se mantuvo ocupado resolviendo crucigramas y llenando pupiletras. Era un adicto a los entretenimientos bizantinos. Su hijo, mi padre, heredó sus costumbres y se dedicaba a cubrir las tardes de ocio -y las noches-, jugando con mi madre al Dominó, al Ludo o al Monopolio. Creo que yo he sido el resultado de esas adicciones al “matarrato” y me convertí en un terrible vicioso de los juegos de Vídeo: Ataris, Nintendos, Play Station, Game Boy... Los devoraba todos. No me mal entiendan, no era uno de esos que dejan sus zapatos o el DNI en los dispendios interactivos. Solo lo hacía para... para “matar el rato” y eso era todo. Total, no me gustaban las fiestas, los bailes, las modas y tampoco tenía hembrita alguna. Mi padre y mi abuelo decían “es preferible eso a que sea un pastelero o un maricón chupapinga”. A lo que mi madre agregaba “..o un rocanrolero desaliñado…”


Este es el comienzo del cuento “El Señor Leinad” escrito por Daniel F. (si leen Leinad al revés se darán cuenta de que ohhh, así es) Y no es la única aventura literaria de este cantante, también escribió “Los sumergidos pasos del amor, un breve reporte sobre el rock subterráneo limeño y el panorama de la música alterna" en la que participan artistas de la talla de David Novoa, Oscar Malca, Aldo Vela e Iván Ruiz. Comienza con un entretenido exordio de Daniel en el que asegura: "Sobre la Historia del Rock en nuestro medio se ha escrito muy poco". Para terminar firmando como “Daniel F, el ke esconde la piedra y tira la mano”. (Ambos escritos encontrables y bajables en la red).

¿Quién es este señor de 46 años con ese nombre tan común y esa enigmática F que lleva como suerte de apellido? Su nombre completo es Daniel Augusto Valdivia Fernández. Pero, nadie me ha podido explicar con seguridad el porqué de esa F. Algunos dicen que significa Feo, otros Fugitivo, casi nadie sabe que se apellida Fernández. Yo, ingenuamente, le pregunté si alguna vez había pensado que esa F podría llegar a significar Famoso, a lo que me respondió: “No, ni kagando, yo no soy ni medianamente popular. Tal vez solo dentro del circuito de rock local que es bastante pekeño, pero yo soy solo un tipo más ke sale por ahí a andar a la calle”.

Siempre vivió en la Unidad Vecinal de Mirones, por la Universidad San Marcos, luego se mudaría a Lince, cerca al Hotel Carusso, ahora vive en el barrio de Miraflores. Ha pasado por ser un punk, un subte con bastante dosis política, un trovador capaz de ser cursi sin dejar de masturbarse, hasta hacer un rock progresivo con notoria influencia de Pink Floyd.

Esta diversidad artística le permite tener admiradores de todas las edades y con gustos musicales bien distintos entre sí. Él reflexiona sobre ellos de la siguiente manera: “Por un lado me sorprende ke haya gente muy joven y gente muy madura acerkándose a lo ke nosotros hacemos. El público del siglo XXI es una bendición, es un público menos prejuicioso, ke no le hace ascos a las fusiones, es kapas de eskuchar trankilamente un rocanrol, punk, hardcore, metal, también salsa, y no se hace ningún problema con bailar perreo y esas cosas. Es mucho más libre. Antes, en los años 80 y principios de los 90, uno adoptaba una banda y la hacía suya, tan suya que no kería compartirla con nadie. Lo cual era una reverenda tontería, solamente era una música para la secta, eso me parece una estupidez. El público de ahora sí comparte, por ejemplo, estas comunas de fanátikos por Internet difunden a sus artistas favoritos.”.

Daniel formó Leusemia en 1983 con su hermano Kimba Vilis y Leo Scoria, de esta época él recuerda: “Fuimos una banda como cualkier otra ke trataba de salir adelante, pero nosotros hicimos las cosas un poco al revés de los demás. Había un buen grupo de bandas ke prefería el giro comercial, tocar lo que esté de moda, tratar de incluir siempre canciones que estén sonando en la radio. Pero había otro grupo de bandas que hacíamos todo lo contrario, simplemente dábamos rienda suelta a nuestra libertad creativa y hacíamos lo que más nos gustaba, en nuestro caso, hacíamos lo que nos salía porque éramos un trío de inexpertos que no tocaba absolutamente ningún instrumento. Y comenzamos a tocar y tocábamos un rockanrol bien básico, bien al estilo de los 50 o 60, lo menos complicado posible, cosa que se iría solucionando con el tiempo y poder ir haciendo música más desarrollada ”.

Sin embargo, la banda se distanció entre los años 1985 y 1995: “Estábamos viviendo una guerra civil, sufrimos esos regímenes con todos los problemas que eso conllevaba, estábamos en medio de todo eso hasta que se volvió a juntar Leusemia ¿no?, hasta ahora”.

Y fue con la presentación del disco “A la mierda lo demás” en un inolvidable concierto en “El Sargento Pimienta“ de Barranco con temas como “Asesino de la Ilusión” y “Al colegio no voy más”. Así quedó marcado el regreso definitivo de Leusemia y consolida al grupo como un hito musical sin semejantes. Kimba Villis sale de la batería, lo reemplaza Adrian Arguedas y en el bajo entra Lucho Sanguinetti quien da un despegue magistral a la banda.

Solo a finales del 2003 hubo una crisis de paranoia mediática debido a que le detectaron VIH a Lucho, la pelea entre Sanguinetti y Daniel se debió más a una confusión que los medios se encargaron de manosear y deformar. Ahora siguen siendo buenos amigos.

Actualmente Daniel realiza sus trabajos musicales en paralelo con Leusemia y como solista, al estilo de su héroe Rod Stewart, según dice: “mi referente musical más desquiciado”.
Regresando a la pregunta del comienzo, ¿quién es Daniel? Me interesa hurgar más en su entorno familiar. ¿Se pueden imaginar a este rebelde comprándo un regalo para su vieja en el día de las madres? Él mismo me aseguró: “La relación con toda mi familia ha sido muy buena, abuelos, padres, hermanos, tíos, ha sido una familia muy bacán, muy unida y con muy buena onda”.

Muchos piensan que él es más bien frío y parco al hablar, poco dado a emocionarse y entrar en confianza con desconocidos, lo que puedo asegurar es que no se lanza flores para nada, si le buscas un halago te manda de la forma más educada posible a que se lo pidas al público. Te habla de tú a tú, sin tapujos ni reparos en decir alguna lisura o tratarte como un brother, se ríe y se divierte conversando como un niño, sin embargo, cuando recuerda su infancia, su voz se llena de un aura nostálgica llena de romanticismo: “Vivía mis cuentos, mis imaginaciones, leía muchos libros de historia, después comencé a leer tratados sobre músika, teoría musikal, cómo es en realidad la vida de los músicos, muy lejos de todo eso ke se lee en las revistas, allí te cuentan puras maravillas, pero de pronto tú ves al artista ke realmente sufre y pasa hambre, no sé, ese tipo de historias me empezaron a apasionar. Casi toda mi lectura desde entonces está relacionada al arte: pintores, poetas, músicos. Todos esos artistas malditos, yo alucinaba mucho con eso, con las bandas ke solo hicieron un disco o los cantantes ke solo hicieron dos canciones, eran historias, entre tristes, dramáticas, oscuras y bizarras, pero bien alucinantes”.

En ese momento le pregunté si él mismo se sentía un artista maldito, a lo que me contestó: “Un maldito artista de repente”.

¿Y cuándo aprendió ese niño creativo y lector a tocar la guitarra?
“En eso estoy en pañales todavía, yo toko guitarra como kien juega un partido de fútbol sin ser futbolista. Yo toko guitarra porke no hay otro ke toke la guitarra por ahí. Aparte ke la guitarra es un instrumento ke a mí me disgusta, no me atrae mucho, mis héroes no son guitarristas sino compositores. Yo admiro mucho a Serrat, a Ubiergo, me encanta Joaquín Sabina, es un tipo muy hábil con las palabras, me parece un compositor increíble. Sin embargo, toko una canción de Silvio Rodríguez ke es imposible de tocar como la toka él porke ese webón es de otro planeta, pe. Yo la adapto a mi poca sapiencia, o sea, agarro mis 3 ó 4 acordes ke sé y les doy la vuelta y nada más, para tocar esas kanciones bien, habría ke ser un gran maestro como Silvio”.

O sea, se podría decir que estafas a la gente entonces, no sabes ni tocar la guitarra.
“Ja, ja, ja, ¡Sí, pe! ja, ja, ja, ¡Payaso!”


En Trujillo nos cautivó con más de 4 horas llenas de su música y sus ocurrencias.