jueves, 18 de enero de 2007

IN THE NAME OF THE FATHER

IN THE NAME OF MY FATHER
Trujillo, Perú, Noviembre del 2006

Hay tres fotos colgadas en la pared de su oficina. La primera y la más grande en realidad es un retrato de su madre dibujado a carboncillo. Su madre, doña Edelmira Cruz Rodríguez, fue una mujer de carácter fuerte, educadora por vocación; él fue su primer hijo. Ella estaría destinada a tener solo dos y los dos varones y de diferentes padres; parece que esta pequeña diferencia marcó a los hermanos hasta el día de hoy. Su madre murió hace seis años, el 2 de marzo del 2000, a los 82 años de edad, sin embargo, la mujer del retrato debe tener unos 40, los suficientes como para llevar en el entrecejo el paso definido del tiempo y la firmeza de un carácter a prueba de humillaciones y sinsabores. Su mirada es penetrante y a la vez cautivadora, y sus finos labios cerrados callan historias y tristezas que ya nadie podrá escuchar, puesto que se las llevó con ella hasta la tumba.

Pasemos a la siguiente imagen, en esta él aparece abrazando a su padre con la mano derecha. Los dos están de terno, el de su padre es oscuro y el de él es gris. Este hombre del traje gris lleva bigotes, esos bigotes negros espesos que lo acompañaron por más de veinte años, esos bigotes que se dejó crecer a los veintitantos para poder obtener su primer trabajo en Lima como profesor de matemáticas en el colegio San Julián de Barranco y que no fueron rasurados sino hasta el primero de enero del año 2000. En esta foto él abraza a su padre que acababa de ser condecorado como Doctor Honoris Causa por su trayectoria profesional en el Salón Consistorial de la Universidad Nacional de Trujillo. Él se ve orgulloso de poder acompañar a su padre, Don Anaximandro Cabrera León, maestro distinguido y prestigioso, catedrático de la UNT, Director de la Escuela Normal Superior Indoamérica, y dueño-director de la primera Academia Pre Universitaria de Trujillo, la Cabrera, desaparecida hace ya más de treinta años. Su expresión en la foto recuerda a Borges, pareciera que sus ojos buscan el lente de la cámara pero solo ven el infinito, su porte es más bien de sabiduría y descanso, muy diferente al de su hijo, lleno de vitalidad y orgullo. Otro contraste interesante es el cabello totalmente blanco del padre y el cabello negro azabache del hijo.

Él es el único hijo que tuvo con Doña Edelmira, mujer que no fue nunca su esposa; él es el único hijo que este gran hombre tuvo fuera del matrimonio, matrimonio del que nacieron nueve vástagos; y, por último, él fue el único hijo que lo acompañó desinteresadamente los últimos años de su vida hasta el día de su muerte, (momento supremo en la vida de todo hombre sabio), el hijo que estaba ahí con su familia, viendo cómo se extinguían para siempre las brillantes ideas de su padre, cuando hacía nomás seis meses que presenció el lamentable fallecimiento de su madre. Don Anax murió también hace seis años, en setiembre del 2000, a los 83 años. Un corazón romántico podría pensar que Don Anax nunca olvidó aquel amor fugaz pero intenso con Doña Edelmira, mujer a la que decidió unirse nuevamente más allá de la vida. Ya lo dijo Quevedo: “polvo serán, mas polvo enamorado”

En la tercera foto nuestro hombre abraza a su mujer con la mano izquierda, esta vez el terno es marrón, esta foto fue tomada precisamente en el año 2000, uno puede darse cuenta de ello porque él aparece ahora sin bigote, pero con su cabello aún negro, (las canas vendrían solo unas semanas después). La foto fue tomada el domingo 13 de febrero, día de su cumpleaños número 49, ellos están en el living de un hotel pituco de Miraflores, unas horas después de la fiesta por sus Bodas de Plata, su aspecto es de felicidad y satisfacción. Ella usa vestido de seda, luce sus cabellos rubios ondulados sueltos aún espléndidos en aquel aciago año; una cosa más: sus ojos verdes no miran a la cámara. Ella es la señora Azucena Ludeña Vásquez, esposa de nuestro personaje desde el 14 de febrero de 1975 hasta la actualidad.

Es curioso pensar que ella nació el mismo año que su esposo, también es profesora, también nació fuera de un matrimonio, también es hija única de sus padres, también su madre tuvo solamente dos hijas con diferentes hombres, (en este caso ella es la menor), y por último, tuvo ocho hermanos por parte de su padre. La diferencia es que Azucena quedó huérfana de madre a los 12 y vivió su adolescencia sola con su hermana en un departamento de Palermo y después en una pensión en la calle Bolívar. Actualmente ella es madre de cuatro hijos: el mayor de 30 años, el segundo de 24, yo de 21 y el menor de 15 nada más. Todos hombres, todos ellos sanos, inteligentes, arrogantes y muy diferentes físicamente uno del otro.

Su esposo es nuestro padre, él nació en el hospital Belén de Trujillo, estudió su primaria en la escuela 255 de Salpo y en la escuela de varones de Otuzco, lugares donde su mamá trabajaba como profesora. La secundaria la estudió en Trujillo, comenzó en la Gran Unidad Escolar José Faustino Sánchez Carrión para después pasar al Colegio Militar Gran Mariscal Ramón Castilla, su pequeña estatura impidió que continuara sus estudios militares en la escuela de oficiales de Chorrillos. Así fue que decidió estudiar pedagogía como sus padres, a los 21 años ya vivía en Lima, donde siguió estudiando para especializarse mientras trabajaba, a los 24 se casó con su enamorada después de varios años de noviazgo.
En Lima él llegaría a ser un alto funcionario del Ministerio de Educación, y posteriormente se jubilaría trabajando en la Dirección Departamental de Educación con la que llegaría a conocer varios países de Sudamérica como representante de la delegación peruana. De la ciudad de Lima regresó a vivir a Trujillo definitivamente hace más o menos seis años. Actualmente es director de un pequeño pero prestigioso colegio de El Porvenir, es un hombre al que ni la tristeza ni las canas pueden quitarle esa vitalidad extraordinaria, un hombre cuya única religión es el trabajo, cuya única ideología política es hacer lo que sabe hacer: trabajar por el bienestar de su familia. (Aunque tomar un par de chelas de vez en cuando con los amigos desestresa)
Su nombre es Víctor Anaximandro Cabrera Cruz y nació el año 51 del siglo pasado.

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