sábado, 27 de octubre de 2007

La ortografía para "tí"

Una sociedad sin normas jurídicas o morales estaría condenada a la ley de la selva. Así también, una lengua sin normas gramaticales sería presa fácil de la desintegración y la anarquía. Esto, sin embargo, parece importarle muy poco a los publicistas. Tanto que se engullen –por desidia o ignorancia– tildes, interrogantes y otras perlas del español.
Escrito por Aquiles Cabrera
Especial para Díatreinta

Es lamentable, pero es cierto. Y lo peor: no parece que vaya a preocupar a alguien. Desde hace unos meses han aparecido en Trujillo toda clase de paneles publicitarios con crasos errores de ortografía, por decir lo menos.

El colmo de colmos es que una conocida marca de licor nacional, cuya fábrica de ron es de las más modernas de Sudamérica, no se le ha ocurrido mejor idea para publicitarse que colocar en algunas zonas estratégicas de la ciudad un vistoso panel donde se lee: “¿Un ron, dí?“. Lo correcto es: “Un ron, ¿di?” (con los signos de interrogación bien ubicados y sin tilde en “di”). La empresa anunciadora, Ron Cartavio, tiene 78 años de existencia y una importante participación en el mercado peruano. No se trata pues del novato que apenas conoce la calle.

A los que no saben nada de ortografía les importa un rábano cómo se escribe correctamente la frase. Incluso a muchos trujillanos esnobistas les avergüenza el uso del “¿di?”. Algunos lo corrigen como si fuera una mala expresión cuando, a decir verdades, es totalmente correcta. Es una pena, además, que este “liberteñismo” se haya ido perdiendo por el ridículo temor a que lo tomen a uno por ignorante.

Volvamos al caso de la publicidad. Es frecuente que esta use íconos locales para agradar a los consumidores. Esto se conoce como campaña de identificación regional. El objetivo es calar hondo, aunque sin llegar a la ridiculez. Ese panel de Ron Cartavio, así escrito como está, es muy ridículo, de mal gusto y refleja una gran ignorancia en la corrección idiomática (hago la salvedad que los “errores” intencionales no cuentan para este análisis). Hay que recordar que un publicista es, ante todo, un comunicador, y los comunicadores deben tener un dominio amplio del lenguaje. Una buena publicidad transmite algo bueno al consumidor, no pretende tratarlo como estúpido.

En México, la empresa Zeta Publicidad modificó el nombre del “Banco Internacional”. Según expertos publicistas, un nombre demasiado largo para fines comerciales. El nombre original tuvo que ser comprimido para que fuera recordado por el público. Lo llamaron entonces “Bital”, vocablo poco común para una entidad financiera. Los autores del cambio argumentaron que todo el concepto de venta se podría terminar con la frase “...es Bital”. ¿Creativo? Tal vez. ¿Efectivo? Sí, el Banco Bital duplicó su captación bancaria en el mercado y multiplicó por siete su base de clientes. ¿Y el español? ¿Qué pasó con el español? Ocurre que muchísima gente empezó a escribir vitalidad con “b”.

El caso “Telefónica” causó revuelo en España cuando los diseñadores gráficos suprimieron de su logo la tilde en la “o”. Es verdad que en radio y televisión la palabra seguía siendo esdrújula por su pronunciación, sin embargo visualmente esta había dejado de serlo. ¿Por qué ocurrió esta situación? ¿Fines estéticos? ¿Deseo de ingresar a la bolsa o al mercado de EEUU sin crear complicaciones con la tilde a los angloparlantes? Quién sabe. Algunos prefieren creer que la tilde está pegada a la “f”. Para el resto de la gente el detalle tal vez haya pasado inadvertido.

El caso Telefónica se parece un poco a lo que sucede con la empresa LÍNEA, que debe escribirse con tilde en la “i”, no como su erróneo logo “LINEA” (sin tilde). Pues sí, se trata de una palabra esdrújula y la normativa nos dice que todas las esdrújulas se tildan sin excepción. Hay personas que piensan que cuando las palabras se escriben con mayúsculas ya no se debe usar tilde. Las MAYÚSCULAS TAMBIÉN llevan tilde. ¿Lo ven?

Hubo un tiempo en que todos los documentos formales se escribían en máquinas de escribir “underwood” importadas de un país en cuyo idioma las tildes no existían. Con las imprentas pasaba lo mismo, de ahí que muchos libros de la época no usaran nunca tilde al escribir en mayúsculas. De ahí también que muchos sigan con el mito de que las mayúsculas no llevan tilde.

El problema con las tildes es el más frecuente en los avisos publicitarios. Parece que once años de educación básica y otros cinco años de estudios superiores no son suficientes para aprender una regla tan sencilla (un aviso publicitario no lo hace un niño que no sabe escribir, ¿verdad?).

El camión más grande de la Pilsen anuncia que es la “Cerveza mas cerveza”. Falabella dice que su CMR es unica, (escrito así, suena parecido a canica). Ripley anuncia que “proximamente" (sin tilde en la “o”) estará en Trujillo. Lo insólito: el panel más grande de Ripley ubicado en el cruce de las avenidas América Sur y Costa Rica dice: “pronto te fascinaras” (sin la, muchas veces olvidada, pequeña tilde en la última “a”). En ese mismo cruce (curiosamente el espacio publicitario más caro de la ciudad), en otros dos paneles enormes se puede observar otro clásico descuido linguístico: Plaza Vea anuncia “Ya abrimos!” (sin abrir el signo de admiración). Y enfrente, Casinelli se pregunta a medias y en suspenso: “y tú…ya la probaste?”.

¿Será que las viejas “underwood” tampoco tenían los signos de apertura interrogativos y exclamativos? ¿Tendrán ellas la culpa de estos descuidos? Por supuesto que no. Los publicistas se defienden argumentando que es lícito usar los signos al estilo inglés solo para llamar la atención del público juvenil, pero no creo que un bien escrito “y tú, ¿ya la probaste?” haga que el consumidor no se acerque al producto. Lo más seguro es que esa marca se gane la simpatía de varios maestros de escuela (porque estas cosas, señores, se enseñan en la escuela).

Le peor es que una de las universidades más mediáticas y politizadas de esta ciudad (¿adivinan?) se empeña en mostrarnos en paneles, cuadernos, afiches, volantes y hasta en televisión: “yo también quiero ser (…) y tú?”. He suprimido el adjetivo al que se alude por respeto, sin embargo no quiero dejar pasar el error de cerrar una interrogación y no abrirla.

Hace algunos años una de las cervezas peruanas más representativas a nivel internacional (Cusqueña) lanzaba una campaña con la frase: “Va para tí", error que tuvieron que corregir al quitarle esa desafortunada tilde a la palabra “ti” y, con ello, generaron miles de dólares de pérdidas. No se espanten, estimados lectores, si en poco tiempo los paneles publicitarios empiezan a preguntarnos: “…ya me probastessss?”.