¿Se acuerdan de esta portada de Dedomedio? Es de noviembre del año pasado. Ahora, ocho meses después, el artículo central de esa edición sigue teniendo vigencia. Aunque claro, quién se iba a imaginar que Alan García podía cagarla más. Esta es un gentil colaboración para este hígado de José Villaorduña con ilustraciones de Jorge Ramos (Portada) y Andrés Edéry. Recuerden, es un artículo escrito en noviembre del año pasado.
Rómulo León se ha convertido en el Chavo del 8 de éste régimen, es decir, la lorna sobre la que caen los dedos acusadores por todos los entuertos develados, a la voz de: “¡Tenía que ser la rata de Rómulo!”. Y cierto que Rómulo es una rata pero, ¿es el roedor más grande en esta historia? Porque si es verdad eso de que el papá de Lucianita era el apestado que todos dicen, ¿quién era entonces la Madame que le abría las puertas del gabinete ministerial e incluso de Palacio? ¿Quién es el rey de los faenones de este gobierno? Guichi, guichi, ya ya dada…
Por José Villaorduña
Cuando se escriba la historia del segundo gobierno del APRA, dos van a ser los hechos más saltantes: primero, el cómo Alan García se convirtió en una versión corregida y aumentada de lo que hubiese sido Lourdes Flores de llegar a la presidencia, y segundo, que al menos en cuestión de corrupción este gobierno es, de principio a fin, exactamente igual al anterior quinquenio aprista.
No hemos llegado a la mitad del gobierno y las corruptelas son tantas que prácticamente no existe sector en el que algún compañero no haya sacado una tajada: patrulleros, ambulancias, empleados fantasma, reconstrucción, becas, viviendas, concesiones, etc. Y hasta nos regalaron una palabra para el argot criollo: el “faenón”.
Pero algo que nos llamó la atención es que mientras hacíamos la lista de los casos de corrupción desde que García dijo “sí, juro” por segunda vez, es que había un nombre que se repetía en una gran cantidad de “faenones”. Ya viste la portada, así que ya sabes cuál es ese nombre.
El diluvio que nunca vino.
El diluvio que nunca vino.
Apenas empezaba el segundo gobierno del panzón y de la mano del “hombre del tiempo” del fujimontesinismo se anunciaban el primer faenón. Abraham Levy, meteorólogo autodidacta, se empeñó en advertirnos de la llegada de un Fenómeno del Niño de dimensiones catastróficas, similar o peor aún que los de 1983 y 1997-1998. A continuación, Levy fue contratado por SEDAPAL (que depende del Ministerio de Vivienda), se creó el Programa de Reducción de Vulnerabilidad frente al Evento Recurrente del Fenómeno El Niño (PREVEN) y se emitió el Decreto Supremo 025-2006-VIVIENDA (¿Vivienda? ¿A cargo de quién estaba ese Ministerio?), por el cual se exoneraba de licitación a las adquisiciones y obras orientadas a la prevención del fenómeno del Niño. Todos en acción. Eso parece efectivamente prevención, pero lo raro es que todo este barullo se armó a pesar de que el SENHAMI (la entidad estatal encargada de prevenir estos fenómenos) decía que nada que ver, que el Niño sería moderado y no el aluvión que pronosticaban Levy y compañía. Es decir, muchas obras y muchas compras otorgadas a dedo, justificados en una falsa alerta. Este faenón fue puesto al descubierto por Roberto Bustamante (“El blog del Morsa”), aunque sin mucho rebote mediático. La amistad entre Levy y “Llanta baja” fue reportada por otro blogger, José Alejandro Godoy (“Desde el tercer piso”), quien da cuenta de los vínculos entre estos dos personajes desde por lo menos el 2002, cuando ya preparaban lo que posteriormente sería el PREVEN.
Piratas en el Callao
A mediados del 2004 una flota similar a la del bucanero Jacques Clerk L´Hermite se plantó frente al Callao y otros puertos al norte del país. Se le sumó una flota de barcos chinos, todos cargados con toneladas de toneladas de cemento. El mensaje dirigido a los propietarios de Cementos Lima era más o menos el siguiente: “O detienen la construcción de su planta de cemento en Texas, o descargamos todo el cemento, inundamos el mercado peruano y los hacemos quebrar”. La cementera nacional había decidido incursionar en el mercado gringo, pero al mejor estilo mafioso, los ejecutivos de CEMEX encontraron como sacarlos del juego. Cementos Lima claudicó, creyendo que la aventura había terminado ahí, pero, como cuenta Luis Alberto Chávez en su blog “Polithika”, se equivocó.
Tras presentar una denuncia en Indecopi por dumping contra CEMEX, las cementeras locales se dieron con la sorpresa que en octubre de 2007 el presidente García y el ex gordito simpaticón (en ese entonces aún en el Ministerio de Vivienda) anunciaron la eliminación de los aranceles a la importación de cemento. Ante las protestas de los empresarios nacionales, el gobierno dijo que esta rebaja beneficiaría a los consumidores y ayudaría a evitar la inflación. Falso: el precio del cemento jamás bajó, y el Estado dejó de recibir S/. 1.7 millones. Pero, si no ganó el país, ¿quiénes ganaron? Mocha chocolata ya ya.
Me banco en la banca
¿Qué hace que un sistema financiero como el peruano, largamente purgado en crisis pasadas y que se precia de ser uno de los mejor regulados de la región, acepte el ingreso de un banco que había sido acusado por la Securities and Exchange Commission (SEC) de los EE.UU. nada menos que de fraude en el 2005? Que no debía entrar al país lo sabía el ex Superintendente de Banca y Seguros, J.J. Marthans, quien negó la licencia a Banco Azteca cuando Hernán Garrido Lecca, entonces representante de dicho banco, intentó tramitar su ingreso.
¿Qué pasó después? El Apra ganó las elecciones y a principios de 2007 despide a Marthans (que persistía en negar la licencia a Banco Azteca). A mediados de ese año, cosa curiosa, se otorgó la licencia al banco mexicano en menos de un mes desde que volvió a ser solicitada, como si se tratase de una bodega, ¡vaya aceitada! ¿Qué obtuvo el chancho flaco? Pues que TV Azteca (empresa hermana del banco) invirtiera en su empresa, Alpamayo producciones. No parece muy elegante, pero así están las cosas.
La blogger Giovana Aguilar (“Gran Combo Club”) fue la primera en advertir de este entuerto y de la larga amistad entre Garrido Lecca y el dueño de Banco Azteca, señalando además la estrategia de este gobierno de presentar como propuestas de libre mercado lo que no es otra cosa que corrupción. Este año, un informe de Marco Sifuentes y José Alejandro Godoy llenó los espacios en blanco. He met Marmalade down in old Moulin Rouge…
Vendo terreno
Cual un Herminio Porras con fajín, Garrido Lecca estaba desesperado por poner en remate los terrenos del Estado, sin tomarse la molestia de siquiera plantar una esterita. Cuando no se lo permitieron renunció al Ministerio de Vivienda. Haciendo un puchero salió a los medios a decir: “He terminado mi ciclo como Ministro”, luego de que sus colegas de gabinete le dijeran que no a su propuesta de vender terrenos estatales por la modalidad de “iniciativa privada”. ¿Cómo se come eso? Pues una empresa privada dice que quiere comprar un terreno del Estado, propone un precio, y si nadie dice nada en 30 días, ¡vendida! Nada de licitaciones ni procesos engorrosos. La experiencia la tenía el popular “Marcahuasi” tras vender 450 m2 al Club Regatas al irrisorio precio de S/. 1.20 el metro cuadrado.
Scrubs
Tras la pataleta, Garrido Lecca fue colocado en el Ministerio de Salud. ¿Qué hacía este ministro en una cartera de la cual conocía tanto como Susy Díaz de escolástica? Ahora se sabe que se venía el negoción de la construcción de hospitales, bajo el recurso de hacer el proceso a través de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos). Mientras por un lado se organizaba todo para que la OEI y el MINSA firmaran un convenio de cooperación altamente favorable a la constructora de Fortunato Cannán, Fortluck Perú; por el otro el flamante Ministro de Salud anunciaba que la prioridad de su gestión estaría en la construcción de 20 hospitales. Creole lady Marmalade…
Estos no son todos los casos, y en los días previos al cierre de esta edición los rumores acerca de audios que comprometían directamente al Shar Pei mal nutrido se hacían más fuertes. Tal vez por eso el ex ministro no retorna de los EE.UU. y los medios ensayan una discusión acerca de los límites del periodismo cuando se trata de difundir audios ilegalmente obtenidos.
Como sea, entre tantos faenones, la figura de Rómulo León se nos antoja parecida a la de Lee Simon, el personaje de la película de Woody Allen, CELEBRITY. Simon (Kenneth Branagh) quiere pertenecer al mundo de Brandon Darrow (Leonardo Di Caprio) y lo persigue durante toda la película para saber qué opina este último de su guión. Algo muy parecido a los mensajes que Rómulo dejaba a Alan García. El guatón no ha dudado en mostrar lo desesperado que estaba Rómulo por entrar en su círculo. Pero al igual que Lee Simon, si Rómulo quería entrar, es porque sabía que adentro se llevaba a cabo la fiesta. El gran faenón de faenones, del cual Garrido Lecca parece haber sido protagonista.
YAPA
Extrañamos también a Mantilla.
ResponderBorrarese numero era bien dificil de encontrar, creo que lo escondian en los puestos de periodico. cuando lo ponian, solo era por el otro lado de la revista.
ResponderBorrarRealmente askerosa la foto de hernan garrido lecca, igual ke cada foto donde salen alan garcia y romulo leon.
ResponderBorrarBuen post.
Saludos
jajajajjaaaaaaaa q buenas ilustraciones!!! la verdad q no leí nada, porq a mi de política, lo mismo que alemán...
ResponderBorrarpero esas ilustraciones merecen premio