lunes, 20 de agosto de 2007

La verdad sin filtro


Que en lugar de celebrar un triunfo deportivo con vítores y abrazos un viejo entrenador decida fumarse un cigarrillo con pasmosa tranquilidad, es más que elocuente. ¿Qué impulsa a los fumadores a seguir la senda del tabaco y olvidarse por momentos que esto los lleva a la muerte? El placer -ese veneno profundamente humano- quizás lo explique.

Escrito por Aquiles Cabrera
Especial para la Revista Díatreinta

Arrugas, calvicie, sordera, cataratas, deterioro de la dentadura, enfisema, osteoporosis, cardiopatías, úlcera gástrica, deformación de los espermatozoides, psoriasis (sólo Dios sabe qué es), enfermedad de Buerger (no confundir con hamburguesa en inglés), disfunción eréctil, abortos prematuros, discromía de los dedos (esta es cuando se te ponen naranjas de tanto fumar) Ccánceres de boca, lengua, laringe, esófago, páncreas y útero. Así es. Te morirás; y no solo morirás, tendrás una muerte lenta y dolorosa. Sí. Sufrirás. Tus amigos y familiares también sufrirán por tu irresponsable y egoísta vicio autodestructor.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que diariamente mueren trece mil personas a causa del tabaco. Seré didáctico: en un mes, digamos febrero, pueden morir 384 mil personas, casi la distancia en kilómetros que hay entre la tierra y la luna. Se calcula que cada 7 segundos muere un fumador compulsivo. Es como si cada hora cayera un avión Jumbo lleno de gente (600 pasajeros) señoras, viejos, niños, azafatas mamacitas, de todo. El tabaco, si hacemos proyecciones, ha causado desde 1945 hacia delante más víctimas que 5 guerras mundiales juntas. Siguiendo con los cálculos, significaría que los 800 mil habitantes de Trujillo moriríamos en poco más de dos meses a costa del maldito tabaco. Hiroshima y la bomba atómica todas las semanas. Las torres gemelas a diario.

¿Volvemos a las cifras? Recientemente se realizó una encuesta anónima a 588 trabajadores del INEN (Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. No se sientan mal, yo tampoco la sabía). En dicha encuesta se pudo observar que los empleados son los que más fuman (30,0%), seguidos por los médicos (21,8%), los nutricionistas (15,8%) y el personal de enfermería (10,5%)

Otro dato interesante. Los fumadores padecen un efecto de envejecimiento precoz y aparición de arrugas faciales (rostro de fumador). Para evitar este problema, deben beber 50% más de agua que los no fumadores, ya que fumar produce un cierto grado de deshidratación.

A pesar de todo esto, el ser humano sigue fumando, muchos con conocimiento de causa, otros por manía o placer; y otros más por ignorancia y monería. Nadie, en su sano juicio, podrá decir que el cigarro hace bien a la humanidad. Entonces, ¿por qué fumamos?

Hace un tiempo César Hildebrandt escribió: “No es que estén contra el tabaco por razones altruistas. El problema es el dinero. Y es que la nicotinofilia eleva los costos de las seguridades sociales. Así de simple. Porque si fuera por un asunto de amor al prójimo hace rato que habrían emprendido la madre de todas las batallas en contra del alcohol. Y es al revés: al alcohol lo auspician, lo apapachan y se lo beben. Es que el alcohol es una multimillonaria fuente de ingresos para todos los fiscos.”

Una teoría crápula y romántica nos dice que el cigarro es el mejor amigo del hombre. ¿Quién más está con nosotros cuando nos botan del trabajo, nos deja la mujer o se nos muere alguien? ¿Quién es el único amigo que se va consumiendo en silencio para que nosotros podamos disfrutar de su amistad? Nos acompaña cuando estamos totalmente solos o felices de la vida en una fiesta o tomando con amigos.

La psicología del hábito de fumar dice que “las propiedades estimulantes del tabaco son muy apetecibles para personas que tienen un trabajo creativo (compositores, artistas plásticos, escritores, profesionales del marketing, abogados, etc.) y favorece la inspiración, las ocurrencias, las ideas brillantes. También provoca diálogos más chispeantes, graciosos y ocurrentes en las reuniones de amigos, tertulias, grupos de discusión, etc. por lo que el consumo se dispara en esas circunstancias de una forma exponencial.”

Se estima que en 1910 las industrias tabacaleras en los Estados Unidos ya producían 10 mil millones de cigarrillos al año. ¿Desconcertados? Esto es nada. En 1930 se producían nada menos que ¡123 mil millones! ¿Qué pasó luego de una guerra mundial y la gran depresión de la economía americana? Pues que Bette Davis y Humprey Bogart fumaran como unos endemoniados. Esto quiere decir que el cine tiene también su parte de culpa. ¿O es que acaso no creen que el viejo cine hizo una apología del fumador exitoso?

En el ámbito de la literatura pasa lo mismo, aunque las razones son diferentes. Uno no puede imaginarse sin un cigarrillo a Juan Paul Sartre, Fernando Pessoa, Julio Ramón Ribeyro o Roberto Bolaño (por no citar a otros) Asimismo, un diario conservador, el ABC, de España estima que más del 90% por ciento de escritores son o fueron fumadores. Solo un 10% no lo es. Entre los ex fumadores el diario incluye a Vargas Llosa y a Gabriel García Márquez..

Entre los fumadores más insospechados estuvieron Los Picapiedra. Es verdad. Pablo, Pedro y Vilma eran auspiciados en su primera temporada por Winston (que bien rimaba con The Flintstone). Si no me creen, en youtube.com pueden encontrar el comercial original. En la actualidad eso sería impensable. Hoy podemos perdonarle a Homero Simpson todo, menos que se fume un cigarrillo.

Nos queda la imagen de Marcello Lippi, el legendario director técnico de la selección de fútbol italiana que le ganó a la Francia de Zidane en el último mundial. Mientras sus jugadores y su país celebraban con abrazos y gritos, él nada más atinó a encender un cigarrillo y entregarse a ese bizarro placer. Algo que solo otro verdadero fumador puede entender.


1 comentario:

  1. Jajaja, muy buena!! La lei en Dia30. Bueno, qué mas se puede decir. Es increible que aunque se saben todas las consecuencias del cigarro, la gente aun siga consumiendolo, y así, están consumiendo su vida también. Entre sorbos y aspiradas de placer. Ojalá tu artículo ayude a cambiar. Me gusta tu ironía, sigue así :)

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