jueves, 25 de noviembre de 2010

'La escuela me tiene podrido'

Ese es el título de un libro escrito ¿ya adivinaron por quién? sí, por un profesor. Recién hoy, después de muchos intentos, terminé de leerlo, no es que el libro sea malo, al contrario. Lo recomiendo absolutamente a todas aquellas personas que alguna vez pasaron por un aula, o sea...


Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada. Albert Einstein


Era mi segunda semana en buenos aires, (ah, espero algún día tener tiempo para escribir todos los posts que quiero escribir sobre mis 3 meses en baires), era mi segunda semana en esa ciudad, digo, y yo, el que hasta hace 5 años se comía decenas de libros al año, el que siempre tiene cientos de libros pendientes por leer, el amigo favorito de mis libros favoritos, yo, el perrito lector de mi familia, me enteré de que en unos días comenzaba LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUENOS AIRES.

Era una coincidencia extraordinaria, como todo lo que fue sucediendo poco a poco en esos tres maravillosos meses. Tendría que escribir un post completo sobre la FIL Buenos Aires, en fin, no lo hice en su tiempo, ya nunca lo haré... Mi primer día allí, ¿fue un error o no haber llevado todo el dinero que tenía? Compré 5 libros más, ya eran casi 20. Más que bolsitas, creo que voy a necesitar un carrito de supermercado, bromeé con el vendedor. Caminaba no sé por dónde, la feria es tan grande, venía cargando aquellos libros que hasta ahora no leo, simplemente estaba disfrutando aquel maravilloso paraíso de libros y mujeres hermosas, todo en un mismo lugar, era demasiada felicidad para mí.

Desde el momento en que tomé su libro hasta que lo dejé, estuve convulsionando por la risa. Algún día lo voy a leer. Groucho Marx


De pronto lo vi, 'La escuela me tiene podrido', el título me enganchó de entrada, el vendedor se me acercó , le expliqué que trabajo en un proyecto educativo en Perú y me interesaba mucho el tema de la educación. Mi barba de tres días, mis jeans viejos, mi casaca de cuero, mis 5 bolsas llenas de libros, no sé si yo encajaba con lo que el vendedor entendía como profesor, pero fue muy amable y me preguntó si lo era y me dijo que en toda la feria había descuento para maestros. Miré todos los libros que ya había comprado y le dije sonriendo con ingenuidad fingida: ¿por qué nadie me lo dijo antes?

'La escuela me tiene podrido', hice lo que nunca hago con los libros que decido que quiero leer, leí la parte de atrás. De momento no podía hacer otra cosa, ya no tenía plata, y tenía que esperar por lo menos hasta la siguiente semana para regresar a comprarlo, pero ese libro tenía que irse conmigo. No me equivoqué.

Todos podemos enseñar, y enseñar incluso lo que no sabemos. Jacques Jacotot


Por la cantidad de citas y frases célebres de filósofos y estudiosos el libro me recuerda bastante al entrañable 'Diario Educar' de nuestro Constantino Carvallo, sin embargo 'La escuela me tiene podrido' es, como podrán colegir por el título, un libro desenfadado y frontal que pone el dedo en la llaga, en todas las llagas que se ocasionan en nuestro paso por la escuela, llagas que muchas veces se vuelven tan difíciles de cicatrizar.

Y es que la escuela es difícil para todos: alumnos, porteros, profesores, vendedores ambulantes, auxiliares, kioskeros, padres de familia, y sobre todo para el director. Lo sé porque mi papá es el director de una escuela en la que yo he cometido el grave error de querer trabajar con todas mis ansias.

LOS PADRES MAESTROS Y LOS MAESTROS PADRES
En este débil equilibrio entre hipocresía y cordialidad quisiera proponerles que abordemos una de las situaciones más complejas en las experiencias escolares, de las que hay dos modelos.
1. Los padres maestros que envían a sus hijos a otra escuela que no es la escuela donde ellos trabajan. Solemos ser censores implacables de la gestión de la escuela. Solemos tener una mirada muy poco misericordiosa del accionar de los docentes. Pero cuando somos objeto de esa mirada, pedimos comprensión.
2. Y los maestros padres que comparten la experiencia escolar con colegas que son maestros de sus hijos. He aquí un nudo conflictivo.
Me ha tocado vivir esta experiencia, evaluando el accionar de las escuelas en mi triple condición de padre maestro, de maestro padre y de hijo de maestra en la escuela de mi madre y fuera de ella.

¿Qué les puedo decir?, tanto mi papá como mi mamá son profesores, y mis abuelos por parte de papá también lo fueron. Mi hermano mayor, aunque es ingeniero industrial, desde muy joven dictó clases a los alumnos de ciclos inferiores de la universidad donde estudió.

No fue fácil ver a mi padre pasar más tiempo con sus alumnos y preocuparse más por ellos que por nosotros que somos su hijos. No fue fácil ver a tanto padre de familia viniendo a insultar a mi padre, amenazarlo y faltarle el respeto y levantarle la voz por el simple hecho de que ¿quién se ha creído usted para intentar corregir a mi hijo?

Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista. Michael Levine

Estos padres que vienen a gritar al colegio en defensa de sus hijos son los mismos que en casa los maltratan, les gritan y les pegan, o se desentienden de ellos y les dan de todo con tal de no aguantarlos, que es otro tipo de maltrato incluso peor. Igual de repudiable es para mí aquel padre que viene a pedirle al profesor: 'péguele a mi hijo nomás, ya no sé que hacer con él'.

Es muy difícil ser profe, y muy difícil ser alumno y ser padre y ser hijo y ser compañero y ser tú mismo en un ambiente en el que todos los roles ya están predeterminados.

Una vez acompañé a mi papá al banco de la nación a cobrar su sueldo, lo esperé afuera, la cola era demasiado larga, pasaron un par de señores, yo no los oí pero mi papá se sonrío y luego me contó que uno de ellos dijo ¿Habrá mucha gente adentro? Y el otro le respondió: No, puros profesores nomás.

Me tiene podrido el discurso demagógico oficial y político estratégico gremial en relación con el malestar del docente. Y qué del malestar del cartonero, o el de los barrenderos, los peones golondrina o los médicos en una sala de guardia de un hospital público...
Sí, es verdad, la escuela es un lugar de tensión, pero también lo es un quirófano, el volante de un colectivo, un tiroteo entre policías y ladrones... y sin embargo les exigimos a los policías, colectiveros y cirujanos que dejen de lado todo malestar y nos atiendan y nos traten como si fuésemos ricos...

Norberto Siciliani es un profesor argentino que así como jugando jura y rejura que se epistoleaba con José Saramago, se entrevistó con personajes tan diversos como Carla Bruni, Sarkozy, Maru Botana, Lionel Messi o Mao Tse Tung y todos coincidían en decirle lo mismo: 'La escuela me tiene podrido'

Guardo aún una de las tantas cartas que me envió unos meses antes de recibir el Premio Nobel de Literatura José Saramago con quien sostenemos el valor de la epístola tradicional, donde me decía (lo que está entre comillas es textual): Querido amigo, "le recuerdo que en el siglo XIX se pensaba que por cada escuela que se construyera se cerraría una cárcel, algo que no se ha cumplido". Considero a los maestros como los auténticos héroes de nuestro tiempo. Pero "estamos confundiendo cosas complementarias, que son educación e instrucción. Hoy nadie habla de instrucción, sino de educación, lo cual nos llevaría a pensar que vivimos en una sociedad perfectamente educada. La auténtica educación no es la de saber datos de cultura general, no se trata de eso, sino de educación en el sentido del respeto por el otro, de la conciencia de nuestro lugar en la sociedad, de qué es lo que la sociedad tiene derecho de pedirnos, qué es lo que nosotros tenemos la obligación de aportar. Desde mi punto de vista, el problema es la familia, que no educa, no sabe, no puede, y entonces se transfiere la obligación de la educación para aquellos que solo pueden instruir. La escuela no tiene condiciones para educar, de modo que lo que está pasando ahora en la escuela es la indisciplina, la agresividad, la brutalidad en las relaciones entre estudiantes y maestros, que son humillados, despreciados, agredidos y que al día siguiente vuelven al lugar donde son humillados, despreciados y agredidos". Por eso la escuela me tiene podrido.


3 comentarios:

  1. Querido Colega: Gracias por tus comentarios acerca de mi libro. Quedo a disposiciòn para lo que necesites en algunos de mis viajes. Cordialmente. Norberto Siciliani (norbertosiciliani@yahoo.com.ar)

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  2. Que bien que un escritor argentino reconozca y profundice el valor de la enseñanza

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  3. Me ha gustado este texto, sobre todo por la temática que has tocado;acerca de la educación. Tendré que comprar este libro, ya que has logrado captar el interés por conocerlo.

    Felicitaciones.

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