lunes, 16 de junio de 2008

Carta a Salvador Armando en el día del Padre

escrito por Aquiles Cabrera a la media noche del día del padre hasta un poco antes del amanecer.

Tú nombre es Salvador Armando, ayer cumpliste 7 meses de vida, tu abuela te preparó una torta y vino a visitarte como todos los sábados tu tía Guille con tu tío Carlitos. Hoy domingo se celebra el día del padre. Es muy difícil para mí explicarte lo que sucede en mi vida en estos momentos. Siempre ando ocupado, tengo insomnio, estoy panzón, las arrugas de mi frente se hacen cada día más enormes, me duele a menudo la cabeza y mis ojeras y mis lagunas mentales cada vez son más difíciles de ocultar. Todo esto y otras cosas más se puede resumir en dos palabras: Estoy depre. Normalmente me pongo en ese estado cuando se acerca mi cumpleaños o cuando discuto con tu abuelo o con tu tío Manuel.



Yo nací en 1985, en esa época se veían las películas en Betamax y no existía la Internet ni los teléfonos celulares ni los CDs ni USBs ni la nanotecnología, o por lo menos no eran masivos. Tu tío Manuel nació en 1976 cuando una memoria de almacenamiento de una Giga tenía el tamaño de una refrigeradora y la televisión por estos lugares seguía siendo en blanco y negro. Tu abuelo nació en 1951 cuando ni siquiera existía la televisión en este país y la selección peruana de fútbol jugaba de puta madre. El padre de tu abuelo nació en 1918 y el padre de tu abuela en 1915 cuando ni siquiera se consideraba a la radio como un medio de comunicación, el cine era solo un experimento de salón, y el telégrafo algo semejante pero muy distinto a un SMS. Tú has nacido bajo el imperio de Google, de Youtube y MySpace, una Laptop puede medir lo que un block de notas, y tu tío Manuel tiene un blackberry. Tal vez cuando tú tengas mi edad (23 años) no sepas el significado de muchas de estas palabras ¿celular? ¿radio? ¿televisión? ¿cds? Créeme, actualmente mucha gente no sabe qué significa betamax.



Debes saber que tus dos nombres los escogí yo, tu madre no quiso meterse en el asunto. Así cuando crezcas y odies cómo te llamas, ella podrá echarme la culpa solo a mí. Te llamas Salvador no porque espero que me salves de mí mismo, sino porque no conozco ni he escuchado de nadie en la familia (y vaya que tenemos un familión) que se llame así. Simplemente no quería que seas la repetición de nadie, muchos menos de mí. Sin embargo, tu segundo nombre es Armando por tu tío Armando Ludeña, hermano de tu abuela que siempre llegaba a visitarnos desde cualquier parte del Perú sin importar si vivíamos en Santa Clara, en Barranco o en El Porvenir. Sus visitas eran la alegría de tu abuela. Siempre me han dicho que yo me parezco mucho a él y yo siempre le tuve mucho cariño y respeto. Te hablo en pasado porque él ya no está con nosotros, murió hace poco tiempo cuando tú recién llevabas un mes y medio en el vientre de tu madre y ni tus abuelos ni nadie de la familia sabían aún de tu existencia.



***



Yo le tengo una gran admiración y un enorme cariño a tu abuelo, para mí él es el mejor consejero y un lujo como amigo o como profesor, y que se enoje tu abuela si quiere pero te puedo asegurar que en el fondo lo quiero más a él, a mi padre, que a mi madre. Ten en cuenta que tu abuela siempre fue y seguirá siendo la mejor madre del mundo (para nosotros, sus cuatro hijos).
Hace ya muchos meses que tu abuelo casi no me habla, solo para decirme buenos días, saber cuánto dinero necesito para ir a la U, o preguntarme cómo se dice en inglés alguna palabra para llenar su crucigrama del día. Su idea es enseñar con el ejemplo, y todos los días nos enseña sin palabras que él es muchísimo más capaz e inteligente que nosotros. Mis discusiones con él no han sido pocas, ni mucho menos leves, sin embargo, sé muy bien que –si es que no muero antes– yo continuaré su obra educativa, yo cumpliré los sueños que él no podrá cumplir. Aunque tal vez yo nunca pudiera hacerlo tan bien como él. Espero no decepcionarlo.



Hoy la pasaremos juntos los 3, haremos algún tipo de trabajo dominguero que se le ocurra porque la palabra descanso no se ha escrito aún en su diccionario personal, luego desayunaremos, leeremos los periódicos, intentaremos llenar los crucigramas, hablaremos con tu tío Manuel, saldremos de paseo o cosas semejantes, en algún momento del día le mostraré este papel para que lo lea, me dé sus opiniones y me corrija.



Tu tío Manuel todavía vive en la casa de Barranco, es mi hermano mayor, y déjame decirte que desde que tú existes no hemos vuelto a discutir. Él pronto será papá, tendrás un primo con el que podrás jugar al fútbol o a la guerra (ojalá no lo hagan en un mundo virtual), o tal vez una prima con la que podrás divertirte de la manera que ambos crean conveniente. A él le mandaré este artículo al igual que a todos mis amigos o gente que aprecio vía mail para que lo lean desde mi blog.



Debes saber que tu tío Paco y tu tío Sergio, mis hermanos, te quieren casi tanto como yo.

No tengas dudas de esto Salvador, tú eres lo más importante para mí. Después están tus abuelos, tus tíos, tu madre y mi perro bóxer cada vez más viejo y más flaco y del cual hablaré en otra oportunidad. Esto del día del padre no me gusta nada porque desde que soy tu padre me he dado cuenta de que nosotros (en este caso, los padres) siempre somos la última rueda del coche en todo. En el hospital, no existimos ni somos útiles en ningún momento, para las amigas y familia de las madres siempre seremos los culpables de todos sus problemas y, las encuestas dicen claramente que muchísima más gente quiere y adora a su madre y muchísimas personas cada vez más repudian a sus padres. Ojo que no estoy hablando del complejo de Edipo. Por supuesto que hay hombres que no merecen el cariño de sus hijos (sin importar cuanto dinero tengan en su billetera) esos son los que tienen un solo corazón.



Y aunque actualmente me encuentre deprimido, o con cambios de humores muy bruscos, cuando estoy contigo soy realmente feliz, feliz como nunca lo he sido antes y como no lo soy en ningún otro momento del día. Créeme que tenerte cerca, sentir tu olor, la suavidad de tu piel, me provoca una verdadera felicidad, y cuando sonrío y te escucho sonreír, todos mis problemas no significan nada. (siempre sonríes cuando sonrío) Por todo eso y muchas otras cosas imposibles de explicar, te agradezco. Ahora, además de ser mal amigo, mal hermano, mal hijo, bohemio frustrado, lector impertinente, crítico de todo y fumador sosegado, también soy: tu papá.



Llámame viejo cuando quieras.

10 comentarios:

  1. Diculpen amigos, en algún estado mental inconsciente borré la opción para comentario, ya me lo habia dicho Yago martínez pero ya ven que las lagunas sí existen?

    Una noche antes de escribir esto me puse a llorar y no podía dormir, al momento de escribirlo lo hice muy tranquilo, más bien me pareció que estaba saliendo aburrido y que a nadie le iba a interesar. El domingo en la mañana Paco se lo estuvo leyendo a mi mamá pero ambos empezaron a llorar y no continuaron. En el desayuno se lo dimos a Sergio que dijo que llorar era de maricones, cuando me di cuenta que no estaba leyendo en voz alta y se estaba tapando la cara con el papel. Lloraba descontroladamente.
    Hermano, no llores, no lo escribí con esa intención.
    Puta mare huevon, dijo Sergio, es que no lo puedo evitar.
    A ver por qué lloras, qué parte es la que te ha puesto triste.
    Puta mare... es que... yo tampoco sé qué significa betamax.
    Miré a mi mamá pa' que nos ilumine con su sabiduría, se nos quedó mirando y dijo, qué, qué pasa, qué carajo es el betamax?
    cheeessss y nos cagamos de la risa.

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  2. No te había dicho feliz día, pero al leer tu carta me dio ganas de hacerlo. ¡FELIZ DIA DEL PADRE, ESTIMADO MARTÍN!
    Debe ser maravilloso sentir esa felicidad que describes.
    Ahora, ya no me duele ni me deprime no ser papá, hasta ahora, es más, ya me acostumbré.
    Tengo que decir que tu artículo exuda ternura por cada uno de sus poros (virtuales, claro).

    Muchas gracias por pasarme la voz del conversatorio en la Alianza sobre Mayo'68. Fui y´la pasé muy bien, aprendí cosas nuevas.

    Ah, yo soy de la época del Betamax y no del vetamax.

    Un fuerte abrazo

    JOSE LUIS MENDOZA

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  3. Gracias José Luis, no pude ir al conversatorio porque estuve en Lima. Y ya cambié el vetamax por el betamax. Errores los cometo todos los días.

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  4. ES MUY INTERESANTE LA CARTA, PERO MÁS INTERESANTE ES SABER QUE TU HIJO DESDE ESA EDAD QUE TIENE YA RECIBIO UNA CARTA, CUANDO OTRAS PERSONAS TIENEN QUE ESPERAR TANTO PARA RECIBIR AUNQUE SEA UNA NOTITA (JAJAJA), SABES ME PARECE MUY BONITO QUE DEMUESTRES TODO EL AMOR QUE SIENTES POR SALVADOR, Y QUE DE UNA U OTRA FORMA TRATES DE CONECTARLO CON TU MUNDO, QUE DE ALGUNA MANERA SERÁ EL SUYO DESPÚES, Y DE LA MISMA FORMA QUE TÚ SIENTES ORGULLO POR TU PADRE, ÉL TAMBIÉN DIRÁ EN EL FUTURO: MI VIEJO FUE EL MEJOR!!

    CHAO HASTA OTRA OPORTUNIDAD

    SALUDA A TUS PAPIS, A PAQUITO Y A SERGIO

    VERONICA QUIÑONES

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  5. Menos mal que no has soltado el rollo padre-hijo y que estás deprimido. En la situación de m… en que te has metido por imbécil, estar deprimido es un síntoma de lucidez. Aprovecha de este humor para pensar.

    Tu abuelo fue padre a 33 años, tu padre (más precoz) a los 25, tú, que conoces SMS, Google, Youtube, MySpace, Laptop, blackberry, no sabes qué es un puto condón y fuiste padre a los 22. Milagros de la tecnología.




    ***

    Tienes un modo muy original de demostrar la admiración y el cariño. ¿O estás haciendo el sobón para ver si, en este otro día de amor programado, los abuelos se van a tragar la felicidad que les has proporcionando siguiendo sus consejos?

    Tú, si quiere lograr algo más que tu padre, además que el ejemplo, trata de usar también el látigo: tal vez los educandos te salgan más precavidos.



    Salvador, no tengas dudas sobre el amor que te rodea: cuando no se puede odiar, se ama mucho más que en situaciones normales. La gente se deprime, se molesta, se desquita con otras personas, se da martillazos en los… dientes, pero a ti, causa inculpable e inocente, te amará!!!



    Y tú, cariño, te sientes la última rueda del carro, tan última que, no solo el apellido, sino también los nombres le pegaste al producto de la parte más noble de tu ser.

    Claro que tú eres el culpable de todo, como todos los hombres: hasta que quieren y se aparejan con mujeres irresponsables e “inocentes”, no pueden exigirles nada, ni de cuidarse. Pero siempre me pregunto: ¿Si no saben cuidarse a sí mismas, cómo cuidarán a sus hijos? Además déjales su protagonismo reproductor, ya que no sirven para otra cosa…

    Los hombres tienen la función de “sembrar”, problemas en la mayor parte de los casos que, por obligación, se vuelven felicidad y objetivos de vida.



    ¡Qué pena! Al final de tu carta no lograste salvarte de la banalidad.



    Con mucho cariño (también si no parece)

    Orietta Brusa

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  6. me encanto, pasa el tiempo y cada dia mejora el sentido y la prespectiva como comun q le dasa los sentimientos, mi querido martin, aun lamento el aber estrabiado aquellas q me regalas al terminar la secundaria, malditase, dije en voz alta, y no me arrepiento mas q papel, eran nexos, con nuestro pasado, aquel pasado del sorrento, el tico tico, las amburguesas de china, y entra a clases oliendo a puro edor, historias q tu hijo vivira a su forma, no hay duda q sera un buen viejo, mi querido amigo..
    al final aunq no t des cuenta q dudo, es q salvador te salvo, ya hace muchos meses... men q dios te lo cuide, y lo proteja de cualquier huevada, bye

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  7. Se necesitan huevos para escribir así, quizá los mismos que se requieren para ser un buen padre. Espero que no se te rompan en el camino.

    Un abrazo.

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  8. Hey.. llegué a tu Blog por azares del destino y no pude evitar dejarte un comentario.
    La verdad, siento una profunda envidia por eso que acabas de escribir.. supongo que el tener un hijo ha de cambiar radicalmente la vida de una persona, aún así no creo llegar a conocer tal dicha.
    Yo no se si quiera más a mi padre que a mi madre.. lo que sí se es que quiero mas a mi padre de lo que mis hermanos lo quieren.. y hay veces en que lo quiero mas.. tal vez porque siento que no estuvo conmigo lo suficiente durante mi infancia, lo cual es raro porque bajo esas circunstancias debí haber creado un rencor por su abandono. Pero ahora que mis padres están separados me cuesta mucho trabajo soportar ese nudo que se me hace en la garganta cada que lo visito y que después de dos horas lo tengo que dejar en ese departamento en el que se ha metido los últimos meses y de donde solamente sale para trabajar o a comprar los menesteres sin nadie mas que sus recuerdos y karmas.
    Tengo casi 25 años y soy el mayor de 3 hermanos; soy el único que no tiene hijos. El menor de 21 acaba de ser padre algunos meses.. y el hecho me llenó de una profunda tristeza porque Juan, mi hermano, no tiene una carrera o un trabajo bien remunerado para poder mantener a una esposa y a un hijo.. pero al leer tu carta me dí cuenta que su alegría debe opacar cualquier obstáculo que se le ha de presentar.. y en verdad le guardo un profundo respeto.
    No se si tenga alguna vez el valor para tener un hijo.. es una responsabilidad muy grande.. y son mas grandes mis limitantes.
    De verdad.. no se si se deba a que soy demasiado cursi.. pero tu carta me llenó de un sentimiento extraño.. una nostalgia que no sentía en hacía ya tiempo.
    Gracias por compartirlo.. y felicidades por esa sensibilidad.. felicidades por esa dicha de ser padre.

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  9. No se si sea de tu familia pero también ha causado en mí una sensación extraña y me has hecho llorar, tal vez sea una envidiosa de que tengas un Salvador en tu vida y yo no, pero ten por seguro que no solo fue eso, sino también la manifestación tan pura del amor paterno la que me conmueve. Te Felicito por qué sé que amas a tu hijo y estoy convencida de que el a ti también. Pasa un día del padre genial porque lo mereces. Y no me vuelvas hacer llorar o te golpeare.

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