domingo, 24 de mayo de 2009

Mientras tanto, Díatreinta en Cajamarca

El profesor de publicidad y columnista de Díatreinta Alfieri Díaz Arias me ha sorprendido gratamente desde su blog con una reseña de la polémica que desató en UPN Cajamarca el número 68 de la revista Díatreinta. O sea, en vez de felicitar y ver con agrado la presencia de Alonso Cueto y Juan Villoro en una publicación universitaria de provincia, se arañan por las opiniones de dos mujeres que merecen respeto y admiración, no solo por la calidad de su pluma sino por el contenido de sus colaboraciones.

Para los que no saben, Díatreinta es una revista que la facultad de comunicaciones UPN Trujillo publicaba mensualmente. Yo soy el asistente de edición. Ahora se publica cada dos meses, "supuestamente" y no podemos echarle la culpa de ello a la crisis ni a nada, simplemente que encontrar buenas historias, buenos colaboradores, buenas plumas, se hace cada vez más difícil. En mi caso personal, hace tiempo que no escribo una buena crónica simplemente porque no tengo presupuesto para hacerlo. (Soy pobre pe!)

Ya la universidad nos da demasiado costeando la publicación en papel couché de la revista, hemos intentando encontrar auspiciadores pero no hemos tenido suerte en el intento. Qué sé yo. No quería aburrirlos con excusas tontas. Alfieri ha escrito sin querer queriendo una crónica acerca de un airado debate ocurrido en UPN Cajamarca debido al contenido de los textos de Orietta Brusa y de Esther Vargas, pero sobre todo de la primera. Sorry mi amor, que diga, Esther.

Sin más preámbulos, leamos el detallado testimonio de Alfieri Díaz:

Conversaba con Richard Licetti, semanas atrás, sobre la pertinencia de dos artículos publicados en la edición de marzo de diatreinta, revista orgullo de la Facultad de Comunicaciones de la UPN. El primer artículo en cuestión titulado ¿Y quién defiende a las mujeres? era de nuestra entrañable y siempre polémica Orietta Brusa y trataba sobre el papel de la Iglesia como ente represor del aborto y anexaba —no del todo claro— el coqueteo de la misma institución con los círculos de poder. El segundo —y para mi querido Licetti más polémico— era de Esther Vargas, periodista de Perú 21 quien no sólo publica los miércoles una columna sobre sexo sino que posee un blog sobre el mismo tema que es uno de los más leídos del Perú. Bajo el título Luna de hiel en Huanchaco, la Vargas recreaba el final de una relación lésbica que la tenía a ella misma como protagonista. Sin dejar de reconocer que estaba bien escrito, Richard cuestionaba dos cosas: la pertinencia del tema (relato de lesbianas en una revista universitaria) y la segunda, si podía considerarse periodística una crónica cuyo contenido rayaba en la ficción literaria. Al primer cuestionamiento le respondí que sí era pertinente, pues el amor homosexual es un tema inherente en la sociedad en la que vivimos, sin importar el enfoque crudo, descarnado o sentido de la Vargas, no publicarlo sería ir contra el espíritu libre pensante de la revista y de nosotros mismos —Licetti incluido— como comunicadores sociales. Sobre si el tema era periodístico o no, era en sí irrelevante pues son pocas las notas netamente periodísticas publicadas en el devenir de diatreinta, son más las colaboraciones vivenciales, así que tampoco era un argumento para invalidar su publicación. Para fundamentar aún más mi punto de vista en la discusión —siempre alturadas y enriquecedoras con mi dilecto colega— afirmé que la colaboración de la Vargas y la de Alberto Alarcón en octubre del año pasado sobre el pueblo piurano donde el viento hacía volar literalmente a los chanchos era de lo mejor que habíamos publicado y lo sigo creyendo.


—En Cajamarca el tema causó revuelo entre los alumnos de los primeros ciclos —argumentó mi interlocutor—. ¿Qué reacciones hubo en Trujillo?
—Ninguna —le dije encogiéndome de hombros—, y es preocupante. Si los perros no ladran es señal que no avanzamos.

Ayer viernes en clase de Fundamentos con mis alumnos de Cajamarca, uno de ellos me dijo: “profe, a las seis usted va a estar de panelista”. “¿Panelista de qué?”, pregunté. “Los de Derecho, profe. Un grupo de alumnos católicos nos han retado a debate sobre los límites de la libertad de expresión”. “¿A qué hora?” “A las siete, en la sala de conferencias”. “¡Aleluya!”, pensé, aunque oficialmente no había sido notificado de que participaría de polemista. Gracias Santa Esther y Santa Orietta por poner a la no tan sancta diatreinta en el ojo del huracán.


A las siete de la noche —siete y media hora peruana— comenzó la contienda. Por Comunicaciones estaba yo y por Derecho el profesor Pierre Pantoja. Richard Licetti fungió de moderador. El auditorio lo conformaron profesores y estudiantes de ambas carreras, pero la balanza numérica se inclinó para el bando contrincante. Aunque a mí como colaborador y sin formar parte del comité editorial no me correspondía ser la parte defensora de la publicación, digamos que me tocó como comunicador decir lo que pienso sobre la libertad de expresión. En síntesis declaré que creía en el derecho de opinión de todo ser humano, sea este errado o no, que compartía la frase de Voltaire: “no comparto tu opinión pero lucharé por tu derecho a que lo divulgues”, pero estaba en contra del mercantilismo de la información que lleva a la prensa gráfica o electrónica a magnificaciones irresponsables –el caso del AH1N1 tergiversó efectos y alcances generando pánico con tal de vender más- o la irrupción en la vida privada de las personas, manchando reputaciones sin pruebas suficientes. En el caso de los artículos en cuestión, mencioné que no necesariamente estaba de acuerdo con el enfoque de Orietta pero me parecía válido su derecho a publicación. Sobre el de Esther, mi defensa fue más cerrada, pensando que era el motivo por el cual estábamos reunidos, pero realmente me equivoqué. El tema de la Vargas no había herido susceptibilidades como suponía, los estudiantes y profesores de Derecho no lo habían tomado en serio y en todo caso, reconocían a los homosexuales su espacio en la sociedad y su derecho de expresión; la polémica pues se centró en nuestra carísima Brusa a quien la tildaron de malintencionada y de manejar la información a su conveniencia. He aquí los argumentos de los fiscales y cómo los concurrentes fueron respondiendo a cada acusación.

1. La Iglesia Católica es una institución con dos mil años de antigüedad y merece todo respeto.
De acuerdo. Toda institución, al igual que todo individuo, sea clerical o laico merece respeto, pero eso no lo libera de poder ser criticado. La Iglesia a lo largo de dos mil años ha cometido muchos actos execrables contra la humanidad y según la autora, los sigue cometiendo. Ella está en todo su derecho de enunciarlos. Uno de los asistentes, catequista, tuvo la lucidez de decir que la Iglesia en vez de indignarse por las críticas, debería escucharlas y si tienen fundamento enmendarse… pero eso es difícil en una institución que se cree infalible y dueña de la verdad.

2. Que el artículo en cuestión hiere la susceptibilidad de la gran mayoría de personas que por formación son católicas.
De acuerdo. Hay artículos y programas televisivos que pueden herir susceptibilidades pero eso no es argumento para censurarlos. Si un contenido va en contra de tu gusto o en contra de tus convicciones, tienes todo el derecho de dejar de leer o hacer zapping. Pero en vez de prohibir su propalación, es más saludable que esa indignación sea utilizada en polemizar y responder con argumentos a quien piensa diferente a nosotros. Eso se llama tolerancia. Eso se llama comunicación.


3. La señora Brusa hace una apología abierta al aborto y es tendenciosa al calificar a la concepción como meros óvulos y espermatozoides.
De acuerdo. La postura de Orietta es tendenciosa y apologista, pero ¿qué opinión sobre tal o determinado tema no lo es? Las personas al expresar su manera de pensar hacen una defensa cerrada de “su” verdad, así le parezcan a los demás erróneos o certeros sus fundamentos. ¡De eso se trata la libertad de expresión! El profesor panelista y los estudiantes católicos derivaron la polémica en su postura en contra del aborto y la defensa de la vida (lo cual no era tema de discusión), pero lo interesante fue que las tres mujeres presentes (una profesora, una estudiante de comunicación y una estudiante de derecho) se mostraron a favor del artículo de Orietta y dijeron algo categórico: “ustedes son hombres y no pueden ponerse en nuestro papel”.

4. Que el artículo en cuestión promueve el uso de métodos anticonceptivos y otras posturas que van en contra de lo estipulado por la Iglesia.
De acuerdo. Orietta exige entre líneas que la Iglesia deje su postura retrógrada y dé luz verde a la planificación familiar. Un alumno católico mencionó que el uso del preservativo, según declaraciones de un científico de Harvard, en vez de aminorar el avance del sida, lo había propagado más y que Ratzinger antes de convertirse en Benedicto XVI había logrado reducir de un 90% a un 5% los casos de sida en Uganda (un portento milagroso que ni Jesús). A estos sustentos, la alumna de comunicación declaró que el sexo era una necesidad vital (argumentación que hizo correr una brisa calentona en el ambiente, por lo que un profesor corrigió diciendo que no era vital pero sí fundamental) y que hablar de casticidad y abstinencia a lo Jonas Brothers era irreal en los tiempos en que vivimos. La alumna de derecho agregó que era más cristiano planificar dos o tres hijos que tener ocho o diez y tenerlos mal nutridos como sucede en el Perú.

5. Que la señora Brusa acusa sin argumentos a la Iglesia de ser una institución corrupta que ha apoyado y apoya a regímenes poderosos y nefastos a la vez.
De acuerdo. Orietta lo menciona y no manifiesta una argumentación sólida para conectar el tema del aborto con el coqueteo histórico de la Iglesia con los círculos de poder. Pero saliéndonos del tema, yo concuerdo con Orietta en que la Iglesia ha coqueteado con los círculos de poder a lo largo de su historia. Ha apoyado monarquías absolutas, a déspotas abusivos, ha apañado matanzas o también ha pecado de omisión en casos de exterminio. Es un tema doloso para todos los católicos, pero es una deuda que todavía no termina de pagar con la humanidad.

6. Que habla de los aspectos negativos pero no de los positivos de la Iglesia Católica, como la de haber creado universidades, asilos, hospitales, de brindar asistencia a los más pobres.
De acuerdo. Orietta pasa por alto los aspectos positivos de la Iglesia (de que los tiene, los tiene, aunque sé que mi carísima no le encuentra ninguno). Hay religiosos que por supuesto su labor apostólica y de ayuda a los demás son de quitarse el sombrero. Hay santos que me simpatizan como San Francisco de Asís. Religiosos políticos como el arzobispo Romero de El Salvador. Gustavo Gutiérrez y su Teología de la Liberación (hoy marginado por su propia iglesia por su rollo socialistón). El trujillano Romeo Luna Victoria… Yo no niego, repito, los méritos de la Iglesia, pero queda en la potestad del articulista mencionarlos o no.

7. Que una revista universitaria debe ser difusora de “valores” y no todo lo contrario. Que en el futuro los responsables de su edición deben establecer un “filtro” para no caer en los mismos errores.
En total y absoluto desacuerdo. diatreinta es una revista creada en el seno de una institución universitaria, pero estos futuros abogados católicos y su profesor olvidan que Universidad viene de Universal, es decir donde se deben congregar todo tipo de opiniones y manifestaciones. Sí, un medio de comunicación debe transmitir valores, pero valores universales, no solamente valores católicos, al menos que quiera especializarse en ese tema (lo cual no va con el espíritu de nuestra revista). diatrienta seguirá mientras la dejen dar acogida a toda vertiente de libre pensamiento sin ningún tipo de filtro porque eso… mis queridos amigos jurídicos se llama CENSURA.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Agradezco mi querido Alfi esta exposición extensa y puntillosa que deja registro histórico del lance generado por dos textos de Díatreinta. Desde los tiempos del Lado B y la carátula dragqueeniana que nos valió la etiqueta de maricas, hijos de puta, pervertidos y otras perlas, no suscitábamos un interés puntual por nuestros contenidos y francamente más de una vez me asaltó la idea de estar arando en el desierto con nuestra díscola, incorrecta y querida Díatreinta. Así que, como conversamos, este cruce de espadas al que asistimos supone un pequeño triunfo -pírrico dirán los malvados- de nuestro ser y quehacer periodístico.

Como le he escuchado decir a mi maestro Bedoya, si hay uno que nos lee démonos por servidos, pero si son dos hablando de lo que escribimos seamos felices.
Te reitero mi gratitud por allanarte al combate, como buen soldado de las ideas que eres. Y ojalá los textos de Díatreinta nos sigan dando esta oportunidad.

Solo me queda decir que todos esos santos que menciona Alfieri también son de la simpatía de Orietta. Los que no son de su simpatía somos Alfieri, Licetti y yo, como quien dice, Orietta debe estar pensando, ustedes, mejor no me defiendan. Ejem, ejem, ¿Por qué no invitaron a Orietta a que se defienda sola? Ella también enseña en Cajamarca, ¿o ya no? Avísen pe.

15 comentarios:

  1. La iglesia católica es un poderoso grupo de poder, manipula a su feligresía y se asocia con el poder de acuerdo a su conveniencia, lo mismo hacen los medios de comunicación y los grupos políticos. Es natural que el tema despierte pasiones. al parecer pasiones mas encendidas que los de Esther (que por cierto antes me excitaba mucho ahora solo me produce una tímida sonrisa, pues todo cansa hasta lo no permisivo).

    Orietta se atrevió solamente a decir lo que ya sabemos, un saludo entonces para Diatreinta, la empezaré a leer cuando pueda o cuando la encuentre. Desde mi quiosco favorito en la Avenida las américas.

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  2. esteeee, no pes necia clona con blog sin posts, para eso hice los enlaces, los hipervínculos, para que leas los artículos y te formes una opinión pes, no sa vale, así no pasa nada, la otra necia sí leía, jodía pero leía.

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  3. Yo quiero leer tu producción, la ajena la leo y la pienso. ¿tu sabes escribir no?

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  4. jajajaja
    "Mi producción" también está enlazada en este texto un par de veces, jajaja, y también si buscas a la derecha en la sección grandes sobras o en los otros recomendados, ahí ta algo de "mi producción"

    Tú sabes leer, ¿no?

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  5. Tienes razón, me taparé la boquita, leyendo lo de Delfín, entonces porque no sigues en esa línea y has caído tan bajo en lo tan fácil.

    Aun que claro son las palabras de Delfín las que más me agradaron, seguiré leyendo entonces.

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  6. Si me pagas el pasaje a lima y me haces el contacto con alguien entrevistable entonces volveré a "esa línea" y dejaré lo fácil del blogcito y el inocuo copy and paste.

    Mira que no te estoy pidiendo viáticos.

    Jajaja no sé cómo hay gente como tú que cree que las palabras vienen del aire.

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  7. Encomiable la labor de los chicos católicos cajamarquinos. Finalmente, argumentar que el contenido agravia, calumnia, o en general ataca a la Iglesia, es una manifestación clara de la libertad de expresión, y debe tener la misma "tolerancia" en la que se escudan los que mantienen una opinión negativa de la Iglesia.

    Punto y aparte. Es una reverenda cojudez eso de que no escribes algo bueno porque no tienes plata. Admite lo que yo: no escribes algo bueno porque no te da la gana.

    Un abrazo,

    David

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  8. Oye qué bien abrir debates sobre temas importantes.

    Por qué no abres debate en este blog de vez en cuando ah.

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  9. ta que esa orietta es de las mías. la Esther no me da ni cosquillas, y es que una lesbi escribiendo sobre sus calenturas ya no es noticia, ya fue; punto para los católicos al no andar de espantadizos pero no pueden pretender que se le recorte el derecho a la libertad de expresión, por mucho que yo le vaya a los hombres... pero que estén mostrables, pues, no como el paté de hígado de chancho gordo y trinquinoso (que conste que no adicioné "castrado" ¿ah? para que veas que no soy tan mala, es que al chancho hay que castrarlo para poder comerlo, sino... puro pichi jajajajaja)

    qué interesante, akiles, habría dado un brazo para estar ahí, aunque no estoy a favor del aborto, plenamente de acuerdo con el profe, puedo no compartir una opinión pero estoy en completo desacuerdo de pretender callar a una persona simplemente porque no comulga con tus ideas. Cero ahí a los católicos, no mojen que no hay quien planche. Y que siga díatreinta. Ni un paso atrás. Ya charlamos triquinoso, aprende de tu profe.

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  10. Aquí en Cajamarca, con la gente que leí artículo no surgió ningún malestar, pero sé que aun hay gente en toda universidad que aún no se acostumbra a algunas cosas "nuevas" o diferentes que se hablan o escriben; y por lo que tengo entendido, fue un grupo de esa gente la que organizó ese debate.
    Creo que hay que darle a todos la oportunidad de expresarse y es así como se va a llegar a escibir grandes artículos en cualquier revista.

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  11. Necia: Tus chistes son tan malos siempre? o solo cuando te hace falta sexo?

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  12. ¿cuál chiste, naco? ¿te refieres a lo del chancho? eso es en serio, ¿no sabes que a los chanchos se les debe castrar para ser aptos al consumo humano? pregúntale a tu carnicero. yo no hago chistes, soy una mujer seria... no me río cuando hago el amor...

    porque me imagino que te refieres a mí, ¿no? la del blog bamba es mi clona

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  13. Ah, me olvidaba, Orietta ya no enseña más en Cajamarca. Creo que ya no quiso enseñarles a unos ignorantes de mierda. Una pena.

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  14. Suele pasar.
    Mis respetos y apoyo a Orietta por su gran artículo.

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  15. Querido Hígado,

    por aclarar en tu Blog, que ya no enseño en Cajamarca solo por problemas de carretera. He encontrado “ignorantes de mierda”, pero también muchos chicos y chicas interesantes y simpáticos (no hagas el mañoso, es en sentido platónico).

    No nacemos hipócritas, cucufatos y con idea predeterminadas: nos hacen así y luego nos manipulan. La carta que dio origen al debate sobre mi artículo, circuló también en Trujillo y muchos la firmaron sin saber lo que hacían. Y, por el estilo, dudo que la hayan escrito los alumnitos de los primeros ciclos. ¿Qué te parece?

    He leído el artículo sobre los niños que mueren de frío. ¿Por qué sobre eso no hay debate con acompañamiento de cura, políticos, periodista? Tal vez porque esos pobres cholitos están aun más lejos de nuestro mundo socio-económico costeño que los animalitos que desaparecen por siempre, mientras una “metida de pata” está a la vuelta de la esquina para cualquier joven. Y los sentidos de culpa…

    Además, NO es nuestra culpa si aquellos se mueren de frío. Somos marciano, no tenemos nada a que ver con esta tierra, solo con nuestro aparato reproductor, con nuestra pequeña y restringida conciencia y la opinión de los interpretes de una voluntad superior, la misma que, hace un doscientos añitos, acostumbraba quemar viva la gente y cortar las cabezas que un funcionaban a su gusto.

    Tienes razon sobre mi simpatia para Gutierrez, Romero, Frei Betto. Pero me parece que no tienen mucho éxito en ese Vaticano que me cae tan pesado. Ellos se ocupan (¡que frivolos!) más del cuerpo de los pobres que de su alma. Piensan que salvando el cuerpo, se puede hacer levitar el espiritu.

    besos

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