Hace un par de años nos dejaste solos a mi madre y a mí. (Y a tus hijas y a tus novias y a todos tus hermanos) Aquella diabetes terminó con tu vida de una forma inesperada. Ya para ese entonces mi hijo Salvador Armando andaba dando vueltas en el vientre de su madre. Pero nadie lo sabía.
No tengo ninguna foto tuya que haya guardado tío. En esas visitas furtivas que hacías todos los años creo que nunca nos dimos un tiempo para eso. Nunca pensé que te ibas a morir. Había gente que pensaba que tú eras mi padre porque yo me parecía mucho a ti, algunos rumoreaban que eras amante de mi madre, jajaja, por supuesto esta gente no sabía que eran hermanos.
No tengo mucho que decirte porque esta vez prefiero que sea en privado. Ya le hablé a mi hijo un poco de ti en una carta que le escribí el año pasado. Muchos amigos o personas que admiro me hablan siempre de esa carta cuando les pregunto si les gusta mi blog. Me gusta saber que allí estás tú. Ya le contaré más de ti a mi hijo. Si no muero antes, él siempre escuchará hablar de ti. Así como mi madre nos habla de ti.
Cuando nos enteramos de que estabas internado en emergencia fuimos a visitarte al hospital de Chiclayo y a los dos días nomás dejaste de respirar. El dolor fue grande, pero la vida nos da compensaciones. Mira, mi hijo también se parece un poco a ti.
¡No comenten, es en serio!
yo sí comento pe! porque yo quiero pe! jajaja
ResponderBorrarlindo post! y lindas fotos!
saludos
Gracias Daphne.
ResponderBorrarHe borrado los demás comentarios.
Respeten mi minuto de silencio, por favor.